30. Encuentra tu lugar santificado de silencio. — 10.02.2013
Mi querida hija. Soy yo, tu Jesús crucificado.
Madre de Dios: hija Mía. Mi querida hija. Mi hijo murió en la cruz por ustedes para que pudieran alcanzar la vida eterna. Sufrió mucho, todavía hoy sufre mucho. Ustedes, hijos Míos, no tienen qué sufrir. Confiésense a mi Hijo, su Redentor, y encuentren paz en sus corazones. Su vida aquí en la tierra es solo una PREPARACIÓN para lo que aún vendrá. Estás como en el exilio, y Su regreso es esperado ansiosamente. Ustedes son los hijos rechazados de Adán y Eva, que adquirieron el derecho de regresar a casa. Todo lo que tienen que hacer es tomar el camino hacia Dios Padre, su Creador. Les ayudamos con todas las «piedras de estrella» que les pone el adversario y los guiamos de forma segura y con gran alegría a los brazos de su Padre.
Queridos, queridos hijos, despierten y oren. Para ustedes mismos y para sus hermanos y hermanas. Nunca dejen de buscar la verdad y defiéndanla (la verdad). Ahora, muchas mentiras serán y ya han sido difundidas. Serán cada vez más, para desviarlos, Mis queridos hijos, del camino y a la red del adversario. ¡Despierten! Escuchen su corazón. Pidan ayuda diariamente. Quien pide, será escuchado. Quien tenga la oportunidad, que busque Nuestros Lugares Sagrados. Tú, Mi hija, tienes tu lugar de silencio. Ahí te «repones». Allí encuentras la claridad. Mis queridos hijos, encuentren también ustedes su lugar santificado y entren en silencio con Nosotros. «En el silencio reside el poder», una palabra verdadera para encontrarnos. Solo aquel que se desconecte de su vida cotidiana y que busque la tranquilidad podrá comunicarse con Nosotros. Así que no se distraigan, hijos Míos. Den el primer paso ahora. Nosotros los ayudamos en su camino.
Su amado Jesús y su Madre en el Cielo quien los ama.
Oración No. 5: – Oración por la dirección y el silencio.
Jesús, ayúdame en el camino hacia ti. Ayúdame a encontrarte. Regálame el silencio en mi vida cotidiana, y muéstrame el camino para que sea digno de reclamar mi herencia contigo. Amén.
Esta es una oración simple para todos Mis hijos que desean alcanzar la vida eterna con gran gozo y felicidad. Quienquiera que la ore será respondido.
Su Jesús en armonía con Dios el Padre, su Creador quien los ama.