138. Él que siga el Camino Divino está atado a las gracias y maravillas del Cielo — 14.05.2013
Mi hija. Siéntate conmigo y escucha lo que tengo que decir a todos los hijos de esta tierra:
Yo, su Santa Madre en el Cielo, pongo Mi Santo Manto de Protección sobre todos los que confían en Mi Hijo. Así estarán protegidos de las trampas del maligno y no caerán en sus mentiras. Serán fuertes para defender y mantener viva la Santa Palabra de Dios y la vida de Mi Santo Hijo de perfecta devoción a Su Padre, Dios Altísimo, y profundo amor por todos los hijos de Dios, y podrán soportar este tiempo de terror y aceptar con amor todas las pruebas y limpiezas que Dios Padre aún desease que se realizaran.
La alegría será su compañera, porque el que esté debajo de Mi Manto de Protección se regocijará de alegría. Dejaré que Mi Amor Maternal y Mi alegría, que Me es dada a través de su confianza, sus oraciones y sus obras, fluyan de regreso a sus corazones y nada debilitará esa alegría.
Mis hijos. El que siga por el Camino Divino está atado a las gracias y maravillas del Cielo. Por lo tanto, hijos Míos, confíen y sigan a Jesús, el más Santo de sus hermanos, y háganse uno con Él. Denle su SÍ y conozcan las alegrías y las glorias del cielo ya aquí en su tierra, porque quien se convierta a Mi Hijo recibirá estos maravillosos regalos, y su vida será una vida de felicidad y satisfacción de corazón.
Que así sea.
Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios.
Gracias, Mi hija. (Jesús está aquí sonriendo)