153. ¡El día del Juicio Final tendrán que responder por ellos! — 26.05.2013
Mi hija. Mi querida hija. Qué bueno que estés aquí. Yo, Tu Santa Madre en el Cielo, me alegro mucho de que vengas a Mí. Te amo mucho y también a tu pequeña hija. Escucha lo que tengo que decir al mundo:
La recepción de la Sagrada Comunión es muy valiosa e importante para sus hijos. Quien no esté bautizado, quien no vaya a la comunión encontrará muy difícil venir a Nosotros, porque le faltan los requisitos básicos para una vida cristiana con Nosotros, con Mi Santo Hijo Jesús y Dios Padre y los santos y los ángeles.
Quien no bautiza a sus hijos comete un gran pecado contra Dios y daña a la persona que más ama: su hijo. Quien no prepara a su hijo para una vida con Nosotros, con el cielo entero, peca y perturba la armonía de la vida que de lo contrario el niño viviría.
Deben volver a bautizar a sus hijos. Deben prepararlos. Este es su deber sagrado como padres de sus hijos. Dios Padre les regala sus hijos. Devuélvanselos a ÉL. Solo entonces ellos pueden realmente llegar a ser felices.
Quien educa a su hijo sin Dios daña a su hijo. Este niño se extraviará porque no le han contado de Nosotros. Ustedes «ensucian» a sus hijos con sus formas de vida y puntos de vista terrenales, egoístas y totalmente apóstatas en lugar de ofrecerles lo único verdadero y lo único eterno: una vida con Dios de acuerdo con SUS leyes.
¿Cómo se les ocurre retener estas pequeñas almas de su Creador? ¿Quieren que crezcan sin sentido en la vida? ¿Quieren exponerlos al peligro del diablo y sus demonios, aquellos que no pueden defenderse porque están creciendo de manera desamparados y sin orientación sobre lo que es esencial en la vida? ¿Quieren cargarse con esta culpa, porque el día del Juicio Final, tendrán que responder por ellos y por todo lo que salió mal en su vida, porque los criaron lejos de lo Divino? ¿Quieren eso? ¿Quieren ver a los que más aman perderse y no poder alcanzar la Vida Eterna porque no se lo han revelado?
¡Vuelvan a bautizarlos y devuélvanselos a Dios Padre! ¡Un hijo que regalan de vuelto a Dios Padre nunca perecerá! Dejen que sus hijos experimenten la Sagrada Comunión y vuelvan a visitar la Santa Misa con ellos. Enséñeles acerca de Nuestro Padre, Dios Altísimo, y cuéntenles acerca de Jesús. Llévenlos a ÉL y entréguense Ustedes y ellos a ÉL.
Entonces, Mis amados hijos, volverán a tener familias felices e hijos que los tratarán con respeto, que los cuidarán cuando ustedes llegaron a ser viejos, que están allí para ustedes y para los demás, y que alcanzarán la Vida Eterna con Dios en el Nuevo Paraíso, porque quien vive con Dios Padre, quien LE de su SÍ a Jesús, nunca se perderá.
Que así sea.
Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios.