178. ¡Sus almas llorarán cuando reconozcan qué camino han elegido! — 20.06.2013
Mi hija. Mi querida hija. Si las personas no se convierten a Mi Hijo, aún mucho más sufrimiento «atropellará» la tierra, y sus almas llorarán cuando reconozcan qué camino han elegido, porque solo el camino hacia Dios les traerá la salvación, solo con Mi Hijo alcanzarán la paz eterna.
Mi hija. Dile al mundo que el tiempo apremia. Su tiempo en esta tierra pronto acabará, y solo el que se ha dirigido a Mi Hijo, que LO sigue y LE da su vida, su ser ÉL podrá llevar consigo a Su Nuevo Reino, donde el amor y la paz y la alegría y la dicha espera a cada alma.
Solo ustedes, sus amados y fieles seguidores, cosecharán los frutos del paraíso, porque quien no quiera saber nada de Mi Hijo, quien niegue la existencia de Dios y el Reino de los Cielos, para él todas las puertas permanecerán cerradas.
Al que no LE de su SÍ a Jesús se le desvelará el camino hacia el abismo y tendrá que caminarlo sin esperanza, sin salvación y sin redención, porque ha rechazado a Mi Hijo, por incredulidad, por haberse perdido, por hacer homenaje a la bestia.
Grandes son las variantes que los llevan a la condenación, solo hay una variante para encontrar a Dios Padre. Así que sean buenos y sigan a Mi Hijo. Entonces, Mis amados hijos, la alegría de su alma será grande cuando reconozca la luz del cielo y se ponga en camino hacia el Nuevo Paraíso, con Jesús a su lado.
Vengan, queridos hijos, vengan, porque las puertas del cielo, del Nuevo Paraíso estarán abiertos a todos los que den su consentimiento a Jesús. Denle su SÍ a ÉL y no se sigan mintiendo a sí mismos, porque su incredulidad es una mentira que hace sufrir a su alma.
Crean y confíen, porque entonces todo estará bien para ustedes también. Se lo prometo.
Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios.
«Amén, les digo:
Quien no confía en Mi
quien no escucha la palabra de Mi padre
quien no entiende los signos de los tiempos, y
quien sigue negándome
experimentará sufrimiento y tristeza, porque las puertas celestiales permanecerán cerradas para él.
Será desterrado al infierno, porque su incredulidad, su negación de Mí, su Redentor, no le traerá otra cosa que condenación.
El diablo se lo llevará con él, y la esperanza a una vida eterna en paz en el reino de Mi Padre se hundirá con él.
Porque quien elija el camino del maligno, quien no quiera saber nada de Mí y no siga la Santa Palabra de Mi Padre, permanecerá excluido cuando en el día de la fusión del cielo y la tierra surge el Nuevo Mundo.
Entonces, ustedes que se han cerrado de Mí tienen que ir por el único otro camino que entonces se les presentará, y será un tormento para ustedes que nunca terminará.
Por eso vengan todos a Mí, a su Jesús, porque entonces los llevaré conmigo al Nuevo Paraíso, donde su alma encuentra silencio y paz y donde la felicidad, la alegría y el amor están en casa.
Denme su SÍ y todo estará bien para ustedes y sus seres queridos si rezan por ellos.
Los amo.
Su Jesús.
Gracias, Mi niña, Mi hija».
«Mi hija. Dile a todos Nuestros hijos que los amamos y los estamos esperando ansiosamente.
Tu Madre en el Cielo quien te ama.
Gracias, Mi hija».