245. Oren en todas las intenciones de Mi Hijo, entonces la «infestación» de su tierra se mitigará — 27. al 28.08. 2013
Mi hija. Mi querida hija. Que bueno que estés ahora aquí.
Mi hija. No te desesperes. Sus días terrenales están contados. Todo lo que Nuestros hijos videntes en todo el mundo están y han estado reportando, Nuestra palabra que ustedes, Mis amados hijos videntes, han transmitido al mundo, se hará realidad ahora y su mundo se desintegrará. Primero se desmoralizará porque se les quitarán sus derechos. Oren, Mis hijos, para que esto no sea demasiado fuerte para ustedes. Oren en todas las intenciones de Mi Hijo, entonces la «infestación» de su tierra, el mal que está siendo planeado de suceder a ustedes como hijos normales de Dios, se mitigará.
La oración los ayudará y la oración los salvará. Crean y confíen y sigan siempre a Mi Hijo porque ÉL es el camino hacia su Padre y al Nuevo Mundo que cerrará sus puertas a todos aquellos que no se conviertan a Mi Hijo. Por tanto, apártense del mal, arrepiéntanse de sus actos pecaminosos y vengan a Jesús, su Salvador, porque de lo contrario se perderán cuando llegue el momento del fin y entonces continuarán viviendo ciego y sordamente en su mundo ilusorio.
Mis hijos. El tiempo es corto. Ahora todo vendrá uno tras otro, aunque muchos de ustedes no se den cuenta de aquello. Están demasiado ocupados con ustedes mismos para reconocer los signos del tiempo y del cambio. Sumen 1 y 1 y vean lo que está sucediendo a su alrededor. No esperen a que se ponga «mejor» o «diferente» porque no se pondrá mejor. Todo esto es sólo apariencia. Están jugando con ustedes como marionetas en una obra de teatro. ¡Y esto, aunque el Señor los ha dotado de una mente y de una razón! Pero no entienden, ni actúan racionalmente, porque su mente está manipulada y «adiestrada» en las apariencias y el ego, tal cual como su razón, la que ustedes están usando de cualquier forma menos racionalmente.
Ustedes han «abandonado» su corazón, no actúan ni viven de acuerdo con él, aunque es su corazón el que los hace tomar decisiones racionales, y es su corazón con el que logran entender. ¡Desafortunadamente, ustedes han separado lo uno del otro, y ahora miren a donde esto los ha llevado! ¡Vivan con el corazón y tomen decisiones con él! ¡Su corazón debe estar abierto y lleno de vida! ¡Debe acomodar la alegría y procesar el sufrimiento! El que ha «apagado» su corazón, encerrado, se excierra a sí mismo de la vida y nunca encontrará a Dios. Porque un corazón cerrado se marchita, se enfría, se petrifica y se endurece. ¡No dejen que llegue a eso! ¡Abran su corazón y vivan el amor que habita en él! Es Dios Padre quien les regala este amor y que se renueva constantemente, pero deben tener abierto su corazón.
¡Desde este amor, digan SÍ a Mi Hijo y su amor se hará cada vez más grande y más íntimo! Involúcrese en esta maravillosa aventura y vuelvan a ser verdaderos hijos de Dios. Los amo, a cada uno de ustedes.
Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios.
«Que así sea. Su Jesús y Dios Padre. Amén.»