264. ¡El que no ora, no cambia nada! — 08.09.2013

(4to día en Lourdes)

Mi hija. Mi querida hija. Gracias, Gracias por estos maravillosos días que me han dado. No lo saben, pero grandes cosas han sido cambiadas. Con el tiempo verán lo que es y lo que será.

Mis hijos. ¡Su oración es tan importante! El que no ora no cambia nada, al menos no para mejor. Oren, Mis hijos. Oren por ustedes mismos y el uno por el otro, porque cuando recen por ustedes mismos y por los demás, vendrá el cambio.

Oren especialmente por todos los pecadores que aún no han encontrado a Nosotros. Esto es muy importante. Con su oración, viene el cambio, incluso en los corazones más oscuros.

Por lo tanto, Mis queridos hijos, oren con fervor y oren mucho, porque así Mi Hijo podrá todavía salvar muchas almas y llevarlas con Él a Su Nuevo Reino cuando llegue el momento. Mis hijos. ¡Cada oración se escucha! ¡Crean y confíen! Los amo desde las profundidades de mi Sagrado Corazón maternal. Vayan en paz.

Au Madre de Lourdes quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

 

«Que así sea. Su Jesús que los ama tanto.
Crean y confíen, Mi Madre habla Palabras Santas que Mi Padre le ordenó. Amén.»