349. ¡Los signos de los tiempos son claros! — 21.11.2013
Mi hija. Mi querida hija. No te pierdas en lo exterior y quédate completamente con Nosotros. Yo, tu amada Madre del Cielo, quiero enseñarte e instruirte, porque en la Nueva Gloria creada por Dios, Nuestro Señor y Padre, muchas cosas serán muy diferentes que aquí en esta tierra.
Mis hijos. Su tierra es tan hermosa, pero ustedes no saben cómo mantener la paz. Sin paz en sus corazones la convivencia es difícil, incluso imposible, pues siempre tendrán algo de qué quejarse, siempre pecarán en sus pensamientos y demasiado a menudo también con sus palabras, pues aquel con quien viven en conjunto experimentará su insatisfacción y tendrá que PADECERLA.
Pero Dios, el Señor, en su providencia tan maravillosa también los ha dotado de Su amor, y así es el amor de la otra persona que puede soportar estas carencias, pues quien lleva el amor en su corazón puede y va a perdonar, pero deben alcanzar la paz interior para poder enfrentarse a todos sus prójimos en paz y vivir pacíficamente conjunto con ellos.
La paz del Señor que es eterna les será dada en el Nuevo Reino de Mi Hijo y su vida será así transformada de la manera más maravillosa. Será uno de los cambios más hermosos en comparación de su vida actual, porque donde reside la paz no habrá guerras ni contiendas, ni codicia ni envidia. El pecado no habrá allí, sin embargo, ustedes deben estar preparados para este maravilloso tiempo.
Mi Hijo vendrá a llevarlos a este maravilloso mundo, pero deben estar preparados para Su venida y darle a ÉL su SÍ. Quien no se une a ÉL, quien no vive con ÉL, quien se niega a darle su SÍ, no experimentará este glorioso tiempo de paz y su alma no encontrará la paz.
La paz del Señor les dará tantas cosas hermosas, pero de esto se lo relaté en otro momento. Quiero advertirlos de lo exterior y de las tentaciones, porque sólo quien permanezca con Nosotros Mi Hijo podrá salvar y llevar consigo.
Mis hijos. ¡Sumérjanse en Nosotros! Visiten sus lugares Santos, misas, confesionarios y oren. Oren mucho y oren con fervor y estén siempre preparados para Mi Hijo. El tiempo se acerca cada vez más y todo viene muy rápido ahora. ¿No lo ven?
El que tenga ojos, que mire, y el que tenga oídos, que oiga, porque los signos de los tiempos son claros y sólo el que se aleje de Nosotros los interpretará como lo que no son, los «descalificará» y los «disminuirá», sin embargo, Mis hijos, el que realmente mira y realmente escucha sabe dónde se encuentran y que los acontecimientos del final de los tiempos se los vienen encima a una velocidad vertiginosa.
Miren y escuchen, porque los que se hacen los ciegos y sordos tendrán un duro despertar. Los amo, Mis hijos, y siempre estaré con ustedes.
Su Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.
Gracias, Mi hija.