374. ¡Conságrense a Mi Hijo en estos días! — 11.12.2013
¡Dejen que el Cielo los cuide y vivan en el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo!
Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Santa Madre del Cielo, quiero decirte a ti y a todos Nuestros hijos hoy lo siguiente:
Sean siempre buenos los unos con los otros. Lleven el amor en sus corazones. Amen a su prójimo como a sí mismo, porque ahora vendrá Jesús, Mi Hijo, y el que no tenga amor al prójimo, el que no sea bueno con los demás, el que tenga un corazón frío y petrificado, no reconocerá a Jesús, es decir, tendrá miedo, porque se verá abrumado por su amor.
Así que huirá de Aquel que es su Salvador y se refugiará en la «normalidad» que el demonio le ha tendido durante toda su vida, y su trampa se cerrará y le robará el alma y se la llevará consigo, porque Mi Hijo, su Jesús, le vencerá y condenará a él, a la bestia, y todas las almas que no hayan profesado su fe a Mi Hijo, es decir, todos aquellos que no Le hayan dado a ÉL su SÍ, que no hayan seguido Nuestra llamada de preparación, serán devorados por el lago de fuego.
Mis hijos. Prepárense, porque la Segunda Venida de Mi Hijo es inminente. Aprovechen esta navidad, estos días santos para entrar en su interior y para reflexionar. Reflexionar significa volver a prestar atención a lo esencial, a las cosas importantes de la vida y nada es más importante que el amor del Señor en su corazón, la preparación para ÉL, el Señor, y su Hijo encarnado en esta Navidad de hace 2000 años atrás y el regreso a casa donde el Padre.
Mis hijos. Quien se entrega a Jesús, a sí mismo y a su vida, será feliz. A él lo cuidarán y no tendrá que hacer nada que no venga de Dios, pues el Padre cuida de todos Sus hijos, pero deben darle a ÉL su consentimiento.
Mis hijos. ¡Aún no es demasiado tarde! Conságrense a Mi Hijo en estos días y experimenten las grandes gracias del Señor que ÉL tiene reservadas para todos los que quieran aceptarlas en este maravilloso tiempo de Navidad.
Crean y confíen y prepárense, Mis amados hijos. Yo, su Madre Quien los ama, los llevo todos a Mi Santo Hijo para que puedan entrar en Su Nuevo Reino y para que ninguno de ustedes se pierda.
Vengan, Mis hijos, vengan y entréguense completamente a Nosotros. Dejen que el Cielo los cuide y vivan en el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Que así sea.
Los amo.
Su Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.
(Jesús, Dios Padre, los Santos Ángeles y los Santos están todos aquí y se alegran. Nos están esperando).
Gracias, Mi hija.