400. ¡Los días de las maquinaciones del maligno están contados! — 04.01.2014
Mi hija. Mi querida hija. Gracias por venir y escucharme. Yo, tu Santa Madre en el Cielo, quiero decirte a ti y a Nuestros hijos hoy lo siguiente:
El tiempo del fin está llegando a su fin, pues los días de las maquinaciones del maligno están contados y todos los hijos que ya han profesado se fe en Mi Hijo y no siguen ciega y sordamente el maligno, es decir, aquellos que han invitado verdaderamente a Jesús a su corazón, a su vida, a su ser, ven con la mayor claridad, es decir, la claridad y la pureza del Espíritu Santo, que se da a todo hijo que se entrega a Mi Hijo, vive con Él y se consagra a Él -ven, hijos Míos, lo importante que es la consagración a Jesús-, estos hijos pasarán estos últimos días alegremente y esperanzados y llenos de amor y dotados de gracias y entrarán llenos de alegría en el Nuevo Reino de Mi Hijo.
Por lo tanto, cada uno de ustedes debería entregarse a Mi Hijo, pues quien se entregue completamente a ÉL se convertirá en Uno con ÉL y podrá esperar el fin de su mundo con la mayor serenidad y vivir el tiempo restante, bastante difícil y para ustedes muy drástico, en esta serenidad y con alegría, esperanza y gozo en su corazón, pues quien es Uno con Mi Hijo sabe que la Nueva Era comenzará pronto y que el diablo es sólo apariencia, pero no la verdad, pues ése es SÓLO EL SEÑOR.
Mis hijos. Profesen su fe en Jesús, y ustedes también experimentarán esta maravillosa alegría en su interior. Pasen los días que les quedan en la tierra con esperanza y alegría, porque los días del maligno están contados y Jesús viene ahora pronto y a todos los que LE siguen a ÉL – y NO A LOS ADVENIDIZOS- EL les dará la paz en Su Nuevo Reino. La alegría de Sus hijos fieles será grande, el dolor de los hijos infieles y descarriados también. Así que vengan a ÉL, a su Jesús, y denle a su alma la felicidad eterna al lado del Señor.
Tan pronto como den su SÍ a Jesús, su existencia cambiará maravillosamente. Serán dotados de cada vez más claridad, y las nieblas del diablo se alejarán de ustedes. Verán la luz del Señor y sentirán Sus milagros, gracias y bendiciones. Ustedes cambiarán y verán el mundo con ojos diferentes, nuevos, y la alegría y el gozo, la plenitud y el reconocimiento les serán regalados.
Mis hijos. Levántense y den su SÍ a Jesús. Pronto ya será demasiado tarde, pues quienes no se preparan para Jesús y para los tiempos actuales, que serán cada vez más violentos y difíciles, se verán arrastrados por la estela de la confusión y se perderán en las tinieblas.
Así que estén advertidos y prepárense. Los días del maligno están contados y entonces vendrá el reinado de Mi Hijo. Que así sea.
Los amo.
Su Madre en el Cielo.
«Mi niña. Mi hija. Todo está preparado excepto los corazones de muchos de Nuestros hijos. Oren por ellos, porque necesitan mucho su oración. Gracias, Mis fieles seguidores. Pronto, muy pronto, vendré a ustedes.
Los amo mucho, mucho.
Su Jesús.
Salvador de todos los hijos de Dios. Amén.»
«Mi Hijo está preparado, porque el anticristo se ha colado entre ustedes. La batalla final por las almas se librará pronto y la victoria sobre la tierra será de Mi Hijo. Así que profesen su fe en Él, en su Redentor, pues sólo así podrán entrar en Su Nuevo Reino.
Los amo.
Su Padre en el Cielo.
Dios Altísimo. Amén.».
«El Señor ha hablado, así que sigan Su llamada. Yo, el ángel del Señor, se lo digo.
Ha llegado el momento de la batalla final, pero la decisión sigue abierta. Sólo cuando el Señor, su Jesús, venga por segunda vez, el diablo será finalmente derrotado.
Así que vuélvanse a Jesús y no sigan siguiendo a los advenedizos, porque ellos capturan almas para el diablo, y sólo se salvará el que de explícita y claramente su SÍ al Señor.
Abran sus corazones y aléjense de las masas, porque los ciegan a la verdad. Yo, el Ángel del Señor, se lo digo. Amén.
Su ángel del Señor.»
«Mi hija. Divulga esto. Te amo.
Jesús y Dios Padre. Amén.»
Gracias, Mi hija.