438. ¡La Primera Comunión es un acontecimiento tan importante para sus pequeños! — 09.02.2014
Mi hija. Mi querida hija. Acepta todo, porque es lo que se requiere. Mi hija. Diles a Nuestros hijos hoy que hacen bien en enseñar a sus pequeños los valores del Señor, porque sólo así ellos alcanzarán la verdadera felicidad y pasarán su vida al lado de Jesús. Los que valoran más lo externo que lo interno no están con Mi Hijo. Ustedes deben vivir la interioridad, sólo así se les revelará el verdadero camino.
Mi hija. La Primera Comunión es un acontecimiento tan importante para sus pequeños, por eso deben prepararlos lo mejor posible. No permitan tampoco aquí ninguna exterioridad [superficialidad], porque lo distrae a ustedes y sobre todo a sus hijos de la celebración propiamente dicha: la unión con Mi Hijo, que podrán entonces percibir diariamente (o semanalmente) a partir de esta fiesta tan preciosa.
Mis hijos. ¡Enseñen a sus hijos los verdaderos valores de la vida! Prepáralos para Mi Hijo y Su Segunda Venida y apártense de todas las trivialidades del mundo exterior. No es más que una pretensión y falso [este mundo] y sólo sirve para alejar su alma del camino del Señor.
Reflexionen (de nuevo) y encuentren completamente a Mi Hijo, entonces sus hijos también seguirán este camino y su eternidad será salvada, porque viven con Jesús y volverán con ÉL a casa donde el Padre. Amén. Que así sea.
Los amo.
Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación.
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«Los estoy esperando.
Su Jesús Quien los ama. Amén.»
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«Mis hijos. Emprendan su viaje. ¡Yo, su Padre Quien los ama, anhelo a cada uno de ustedes, ¡porque los amo! Así que prepárense y sigan a Mi Hijo. Lleven sus hijos a ÉL y edúquenlos con Nuestra Palabra y Nuestros Valores.
Se lo agradezco. Amén.
Su Padre en el Cielo Quien tanto los ama.»
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«El Señor ha hablado, así que sigan Su llamada.
Sus hijos son lo más precioso que tienen y un gran regalo del Señor para ustedes. Traten bien a ellos y guíenlos de vuelta al Señor. Yo, su Ángel del Señor, se lo digo. Amén.
Su Ángel del Señor.»
Gracias, Mi hija. Vete ahora. (Dios Padre con cariño).