538. ¡Mi alegría es grande! — 28.04.2014

Mi hija. Mi querida hija. Siéntate Conmigo, hija Mía, y escucha lo que Yo, el Padre Todopoderoso, tengo que decir hoy a Mis hijos de la tierra:

Desde lo más profundo de Mi Corazón Paternal que tanto los ama les doy hoy las gracias a todos ustedes que, en el más íntimo, profundo y sincero amor han celebrado la Fiesta de la Divina Misericordia en honor de Mi Hijo, su Jesús.

Mi alegría es grande. Son ustedes los que mantienen viva la fe en Nosotros, los que confían en Mí, en Mi Hijo, los que viven y transmiten las enseñanzas de Mi Hijo. Con su oración ustedes «salvan» al mundo, porque el pecado que ha afligido a la tierra y a los hijos de los hombres es grande e imperdonable, si no fuera por ustedes, Mis fieles hijos – con su oración, su fe, su confianza «sostienen» este mundo, tal que innumerables almas más puedan aún convertirse- y la misericordia de Mi Hijo -la que EL ha obtenido para TODOS ustedes a través de Su muerte en la cruz- el perdón de los pecados a través de ÉL, ¡que es su Salvador y quiere salvar a TODOS los hijos de la tierra!

Mis hijos. Gracias. Ustedes deleitan a Mi Corazón Paternal que tanto los ama, y Mis gracias fluyen en gran abundancia sobre ustedes, sobre su tierra y en los corazones de todos Mis hijos gracias a ustedes y al amor tan grande de Mi Hijo por TODOS los hijos de la tierra.

Cada hijo de la tierra va a sentir Mi amor. Esto les dará otra oportunidad para la conversión, porque las gracias que derramo en los corazones de Mis hijos encenderán la llama del amor en ellos, un amor que muchos de ellos no conocían antes. Por eso, Mis hijos fieles, ¡sigan rezando para que estas almas, (todavía) tan perdidas, puedan volver a Mí, su Creador!

Su oración y el seguimiento de Mi llamada -en estos y otros mensajes- lo ha conseguido.

¡Su oración puede ayudar a millones de hijos más a convertirse! Los amo y los guardo en Mi amor.

Su Padre en el Cielo quien tanto los ama. Amén.

«El Señor ha hablado, así que sigan Su llamada. Sigan rezando por las pobres almas del purgatorio y ayuden a través de su oración a las almas (todavía) perdidas a encontrar a Jesús y a Dios Padre. Yo, el Ángel del Señor, se lo digo. Amén.

Su Ángel del Señor.»

«Mi Padre es Todopoderoso y en Su omnipotencia EL les concede este precioso don que conducirá muchas más almas hacia Mí. Oren, Mis hijos, porque su oración es poderosa. Su Jesús quien los ama. Amén.»

Divulga esta, Mi hija.