550. ¡Nada bueno viene de Roma! — 10.05.2014
Mi hija. Mi querida hija. Esté completamente conmigo. Déjate caer en Mis Santos brazos. Yo, tu Jesús quien te ama, estoy aquí contigo. Escucha lo que quiero decir hoy a los hijos de la tierra:
Escuchen atentamente Mis hijos tan amados por Mí y observen atentamente, ¡porque nada bueno viene de Roma! Mi llamado «vicario» NO ha sido nombrado por Mí, ¡la Santa Sede de Pedro está manchada con escoria y deshonor!
Mis enseñanzas están siendo destruidas por aquellos que se llaman a sí mismos «creyentes», sin embargo, ellos no creen en Mí ni en el Padre, sino en la bestia a la que conceden más y más poder, con el fin de que su tierra y ustedes, Mis hijos tan amados por Mí, estén aterrorizados, expuestos a las maldades y crueldades del demonio. Los esclavizarán y los matarán a ustedes, pero la mano justa de Mi Padre les golpeará a ellos, y mientras todos Mis hijos fieles irán a Mí, ¡ellos pagarán por cada mala acción!
Mis hijos. ¡No teman, pues el fin está cerca! ¡Recen y evitarán así los mayores horrores! ¡Sólo su oración tiene este poder! No se enfaden, no se entristecen, sino permanezcan fieles a Mí. ¡Pronto estaré ante ustedes y sus corazones sentirán alivio y se llenarán de nueva esperanza!
Esta será Mi gran señal, por la que reconocerán visiblemente que todo lo que les hemos dicho aquí es verdad, porque cuando llegue el gran Aviso, todos ustedes podrán verme y vivir los días que les queden en la tierra en perfecta entrega y esperanza y alegría por lo que está por venir. Les mostraré lo que deben hacer y cambiar para poder entrar en Mi Reino. Así que esperen con alegría este gran día que eliminará las dudas de muchos escépticos y ayudará a miles de millones de hijos a corregirse [corregir su vida], así como abrirá el camino hacia Mí para aquellos que acepten Mi Aviso como una oportunidad.
Mis hijos. ¡Este será un día de alegría!
En profundo amor,
Su Jesús. Amén.
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«Mis hijos. Este día cambiará su existencia para siempre. Aprenderán a comprender y tendrán una segunda oportunidad. Alégrense, ¡porque el Señor los «iluminará»! Pero incluso con este acontecimiento tan alegre, no todos los hijos «irán con Jesús», es decir, perseverarán y continuarán adorando al diablo. Otros, que no se han preparado, serán abrumados por la «frecuencia de pureza» de Mi Hijo y morirán. Será como un shock para ellos que no sobrevivirán. Recen por todos estos hijos porque se perderán al diablo si no dan su SÍ a Jesús.
Mis hijos. Prepárense. El día está muy cerca y no saben cuándo llegará. Así que purifíquense y prepárense, porque cuando llegue el día, deben estar preparados.
Con profundo amor y afecto.
Su Madre en el Cielo Quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.»
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«Recuerden a Nuestros hijos que tengan provisiones en casa: velas consagradas, agua y comida, pues habrá mucha confusión entre ustedes y así estén preparados para los días posteriores al Aviso. Amén.»
Te amo, Mi hija. Ahora vete.
(La Madre de Dios y Jesús primero caminan de la mano hacia el Cielo, y luego Jesús la conduce amorosamente).