1424. ¡Un mensaje de Navidad! — 20.12.2023
Madre de Dios: Mi hija. El Padre está preocupado por ustedes. Demasiados pocos hijos celebran la Navidad como debe ser.
Amados hijos, y eso lo que son. Mi Hijo, su Salvador Jesucristo, nació para ustedes en el establo de Belén hace más de 2000 años.
Nosotros, Yo, su Madre en el Cielo, y Mi hombre (esposo) José, también llamado novio en muchas escrituras, íbamos de camino al censo.
Mi esposo, su San José, patrono de la Iglesia y de todos los padres trabajadores en particular, venía de allí, de Belén, y por eso Nosotros fuimos a este mismo censo, como nos pidieron las «autoridades».
Mi hija, Mi (y su) Jesús, exultaba de alegría en Mi cuerpo (vientre), pues la voluntad del Señor iba a cumplirse.
Y así sucedió que el Rey de reyes, el Redentor de todos los hijos de Dios nació en un pequeño pesebre en un establo de Belén.
Mis hijos. Es un tiempo santísimo y el Padre se regocija en él cada año de nuevo. EL AMA a Su Hijo que nació para ustedes en el establo de Belén -una pequeña cueva, Mis hijos, donde habitaban (estaban en casa) animales-, ¡y ÉL los ama a ustedes! Por este amor por ustedes, ÉL envió a Su Santo Hijo a este mundo para que TODOS ustedes encuentren su camino de regreso a ÉL, Quien es Todopoderoso.
Sin embargo, amados hijos, y es eso lo que son, tantos de ustedes Lo desprecian a Él y a Su Hijo.
Cada año en el tiempo de Navidad y especialmente en la hora del nacimiento de Mi Hijo, su Jesús, el Cielo se abre anchamente.
Gracias sobre gracias fluyen y brillan hacia la tierra, y los hijos que son piadosos y humildes y fieles a Jesús, los hijos que sinceramente creen, oran y adoran, estos hijos experimentan Sus milagros y cosechan Sus Santos Dones y se llenan de Su Santa Alegría y Bienaventuranza.
Mis Hijos. ¡Estos son días especiales y preciosos!
Así que no se pierdan en este mundo material que les hace creer que tendrían que consumir y amar (carnalmente), porque es un Tiempo Santo y siempre deberían llevar este amor, el verdadero amor, en sus corazón y regalarlo a su(s) prójimo(s) y deberían ser bondadosos y agradecidos, esforzándose siempre por la alegría, es que si pueden, y cuidar de lo esencial: su Salvador les nació en este Tiempo Santo que celebran cada año de nuevo, ¡pero celébrenlo por lo que es, y no por lo que los medios de comunicación de todo tipo les muestran y imponen!
Es el tiempo de reflexión, de amor al prójimo y de la alegría tan grande por el nacimiento de Mi Hijo, su Mesías, que ha venido a este mundo para redimirlos a ustedes hijos amados, y es eso lo que son, ¡y para prepararles el camino de regreso al Padre!
¡Así que alégrense y lleven gratitud en sus corazones!
Este Tiempo es Santo, Mis hijos, ¡así que celébrenlo en «Santidad»!
¡No cedan a las tentaciones de este mundo!
¡Y lleven consigo para todo el año nuevo el sentimiento de gran alegría navideña, la alegría del nacimiento de Mi Hijo para SU redención y salvación!
Deben llevar siempre gratitud y humildad, amor al prójimo y apertura en su corazón y no condenar, juzgar, reprender y …, ¡la lista es larga!
¡No se cierren y vivan este amor al prójimo y la alegría durante todo el año! ¡Den y compartan con sus semejantes! Los que tienen más, ¡cuiden de los que no tienen tanto o incluso demasiado poco!
¡Estén ahí los unos para los otros y ayúdense y apóyense mutuamente!
No abusen, Mis hijos, sino sean justos en la vida, ya sea en el trabajo, en el club o en otras tareas y actividades.
¡No juzguen! ¡Todos ustedes conocen el verso bíblico sobre la astilla y la viga en el ojo!
Así que sean buenos unos con otros y recuerden lo esencial: su Salvador les ha nacido hace más de 2000 años en el establo de Belén para darles la redención y mostrarles, allanarles y abrirles el camino de regreso a casa, ¡a la gloria del Padre!
Así que celebren esta Navidad contemplativamente.
Yo, su Madre en el Cielo, se lo pido.
Con profundo, sincero y maternal amor.
Su María,
Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.
Yo soy la Corredentora, Mis hijos, así que pídanme también a Mi siempre por protección y guía. Lo que Me piden a Mí, a los Santos, a Mi Hijo y al Padre, así como al Espíritu Santo LES SERÁ CONCEDIDO, siempre y cuando crean, de verdad crean, confíen y pidan y oren de manera honesta, sincera y con un corazón puro. Amén.
Ahora vete. Todo se ha dicho. Este es el último mensaje público antes de Navidad.
Les deseo, junto con todos los aquí presentes, Mi Hijo, el Padre, los Santos y Santas Huestes Angelicales, una feliz y bendecida Santa Navidad.
Oren al niño Jesús, pues está esperando que Le hablen. Amén.
Su Madre en el Cielo.