1455. ¡Actúen! — 16.10.2024
Juan: Mi hija. No traigo buenas noticias.
Diles a los hijos que deben estar preparados. ¡Quien siga durmiendo tendrá un cruel despertar! Díselo a los hijos, pues ya es hora.
María Magdalena: Mi hija. ¡Los hijos no cambian, y esto, aunque TODOS ustedes ven lo que está sucediendo!
Juan: ¡Y ustedes solo ven una fracción de lo que realmente está sucediendo!
Jesús: Tengan coraje, oren y encuéntrame a Mí. Un alma que está conmigo, su Jesús, no se perderá.
Juan: ¡Despierten, amados hijos, despierten! ¡Sus países están inundados de lo que el diablo ha planeado para conseguir sus objetivos!
María Magdalena: ¡Despierten, amados hijos, despierten! ¡Yo, su María Magdalena, ¡observo con preocupación como ustedes se están sumergiendo ciegamente en su perdición!
Jesús: ¡No confíen en el maligno, en los que han pactado con el diablo y sus secuaces, sino abran sus ojos, su mente y actúen!
Juan: ¡La intriga es grande, Mis hijos, es tan grande, ¡y se están implementando de manera insidiosa y astuta leyes para un nuevo orden mundial que nadie ha elegido!
María Magdalena: ¡Estén en guardia, amados hijos, y es eso lo que son! ¡Estén en guardia!
El maligno está marchando a pasos agigantados hacia su gobierno único mundial y su religión única mundial, y ustedes no lo están deteniendo porque no están mirando, porque son perezosos y tibios, porque prefieren la comodidad, porque renuncian a su libertad de elección (nota: a través del no actuar), porque confían ciegamente, porque quieren permanecer atrapados en el bienestar mundano -¡la lista es larga y es fea, Mis hijos, está llena de excusas y distracciones, y ustedes están viviendo en una burbuja irreal creada por ustedes mismos que estallará muy prontamente!
Juan: ¡Hijos, hijos, estén advertidos, porque María Magdalena habla la palabra verdadera! ¡Nosotros estamos muy preocupados por ustedes!
El Padre, Dios el Altísimo, hace tanto por ustedes, pero ustedes permanecen cómodos y tibios y no escuchan Su palabra.
¡Miren dónde se encuentran y vean lo que pasa en su mundo!
Jesús: Les hemos advertido amados hijos, y es eso lo que son, pero ustedes prefieren correr hacia su perdición antes que escuchar Nuestra Palabra y prepararse.
Yo, su Jesús, ¡estoy muy preocupado por ustedes!
Deben seguir el camino hacia Mí, darme su SÍ a Mí para que Yo pueda ayudarles y salvarlos.
¡Mi Espíritu Santo los mantendrá en la claridad y se la dará a aquellos que empiecen a rezar y a suplicarle a EL!
Quien no pida al Espíritu Santo no verá con claridad y su alma pronto se perderá.
Madre de Dios: Amados hijos, conviértanse. Yo, su Madre del Cielo, se lo pido. Amén.
Tu y su Jesús, Juan y María Magdalena. Amén.