67. Reinará el amor «puro» — 20.03.2013

Mi querida hija. Dile al mundo que amamos a todos Nuestros hijos y que hacemos todo lo posible para llevarlos a cada uno al Nuevo Mundo. Donde el cielo y la tierra se fusionen, habrá lugar para todos ustedes. Ya no habrá más hambre allí, que tanto mantiene su mundo actual bajo “control”, y tampoco malas maquinaciones. Reinará el amor “puro”, y cada uno de ustedes sentirá y Será ese amor. Para ustedes hoy en día esto es difícil (si no imposible) de comprender, porque su mundo está dominado por la dualidad: el mal contra el bien y viceversa. Como todo ustedes Mis amados hijos saben, el mal ha aumentado excesivamente. Su «equilibrio» hace tiempo ya ha sido perturbado y Dios Padre tampoco quiso esta «dualidad». Lo que fue pensado para todos Sus hijos desde el principio era una vida de verdadero gozo, felicidad, en seguridad, con una «ligereza» divina (para describirlo en sus palabras de hoy), en la que nunca deberían haber experimentado el mal. Deberían vivir en armonía con Dios el Padre.

Lo que está sucediendo en su mundo de hoy no coincide con lo que Dios Padre quería para Sus hijos: ¡un mundo sano, abandonado en Dios en el Jardín Edén!

Lo que tienen hoy es el principio del fin, por eso, Mis amados hijos, ahora es el momento de despertarse y de prepararse para todo lo que está por venir. El que permanece en su «terquedad» no conocerá el Nuevo Mundo, el Reino de Mi Hijo. ¡Tienen que levantarse y dar su SÍ! Su Sí a Mi Hijo Jesucristo, de lo contrario sufrirán profunda y terriblemente.

Mis amados hijos. Yo, su Madre en el Cielo, he sido enviada para «despertarlos» a todos ustedes. Escúchenme, Mis queridos, y síganme en el camino de la gloria. Porque el que Me oye y camina conmigo, lo conduzco a Mi Hijo.

Los amo. Confíen en Mi. Su amada Madre en el Cielo.

 

Jesús: Mi amada hija. A Mi madre se le ha concedido este tiempo, en la que ella viene a ustedes una y otra vez, para llegar a tantos hijos de Dios como sea posible. Crean en ella y síganle, entonces Me encontrarán a Mí, su Redentor, porque los llevaré en el día de la gran alegría.

Vengan todos a Mi, su Jesús, así ningún hijo de la tierra puede perderse, y juntos entramos en Mi Reino, donde no hay sufrimiento ni preocupaciones, enfermedad o tristeza.

Los amo tanto. Su Jesús.

Gracias, Mi hija, por escribir para Nosotros.