198. ¡Hagan penitencia y arrepiéntanse de sus actos pecaminosos y luego vengan a Mis Santos brazos paternales! — 9.07.2013

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Madre en el Cielo, quiero decirte a ti y a todos Nuestros hijos hoy que el tiempo como ustedes lo conocen está llegando a su fin y que solo aquellos que son puros de corazón serán llevados a la Nueva Eternidad, es decir al Nuevo Paraíso que fue creado por Dios, Nuestro Padre amoroso, para todos sus hijos, para que puedan vivir juntos en armonía, amor, seguridad y felicidad.

Donde el cielo y la tierra se vuelven uno, su alma vivirá en perfecta felicidad y satisfacción. Serán verdaderos hijos de Dios, es decir finalmente podrán vivir su amor que fue regalado a cada hijo de Dios, y estarán bien.

Maravillosa será la vida para ustedes, donde el cielo se une con la tierra, porque no habrá malicia ni odio, pena ni sufrimiento. Por eso, Mis tan amados hijos, límpiense y arrepiéntanse de sus pecados, preparen su alma para este maravilloso tiempo, porque cundo Jesús viene en la altura del cielo deben estar preparados para ÉL y sus corazones puros.

Que así sea.

Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios.

 

«Mi niña. Mi hija. ¡Yo, tu Padre Celestial, espero con ansias el regreso de todos Mis hijos en este gran día! ¡Pero solo aquellos de ustedes que se hayan preparado pueden entrar en Mi mundo nuevo, creado para ustedes!

La Nueva Jerusalén los está esperando, así que preparen su alma. ¡Hagan penitencia y arrepiéntanse de sus actos pecaminosos y luego vengan a Mis Santos brazos paternales!

¡Amo a todos Mis hijos! Espero a cada uno de ustedes y quiero abrazar a cada uno de ustedes con mi Santo corazón paternal, tanto es que los quiero, no importa cuán perdido estuvieron y que hayan ido por el mal camino.

Si se arrepienten y realmente se liberan del pecado, entonces Mis amados hijos los abrazaré con Mi amor, los prodigaré con Mis regalos y les daré una vida en la gloria eterna, ¡tanto es que los amo!

¡Regresen todo a Mí, su Padre y Creador en el Cielo! 

¡Los espero a todos con Mi amor, Mi bendición y espero con ansias este tiempo maravilloso!

Los amo. Cada uno de ustedes.

Su Padre Celestial con Jesús.»

 

«Amén, les digo esto:

Quien no honre a Mi Padre no será digno de entrar en Mi Reino.

Quien no Me de su SÍ, no lo podré llevar conmigo.

Usen su libre albedrío y sálvense, Mis hijos tan amados por Mí, pero ay de él quien se Me opone. Su alma será perdida, sufrirá los tormentos del infierno para siempre.

Así que vengan a Mí, su Redentor, y la eternidad será hermosa para ustedes.

Los amo. A cada uno de ustedes. ¡Y les perdono! Pero deben arrepentirse.

Su Jesús quien los ama.
Redentor de todos los hijos de Dios.»