214. ¡Vengan, Mis hijos, vengan! ¡Pronto se abrirá el cielo y entonces se sentirán abrumados! — 25.07.2013
Mi hija. Te amo. Grande es el número de almas ya alcanzadas por estos mensajes, aún más grande será el número cuando al final de todos los días Mi Santo Hijo venga a ustedes y los lleve con Él para regalar a su alma el amor eterno en el Reino de Dios, Nuestro Señor y Padre, donde el amor está en casa y la alegría y la felicidad solazan su corazón, donde los regalos de Dios Padre los esperan y Sus glorias se revelan a todos ustedes.
Mis hijos. Crean y confíen y escuchen Nuestra Palabra en estos mensajes porque pronto se acerca el día en que Mi Hijo se precipitará hacia ustedes y entonces deben estar preparados para ÉL, el Salvador de todos los hijos de Dios.
¡Denle a Él, Jesús, que los ama tanto, también su amor! ¡Denle su SÍ a ÉL, al Salvador del mundo, que aceptó el más grande de todos los sacrificios por ustedes! Y entren con Él en el maravilloso Nuevo Mundo, el Paraíso, la Nueva Jerusalén, que Dios Padre ha preparado con el más profundo amor para ustedes.
¡Vengan, Mis hijos, vengan! ¡Pronto se abrirá el cielo y entonces se sentirán abrumados! El amor, la alegría, la dicha que sentirán entonces llenará profundamente su alma, sin embargo, deben prepararse para este momento.
Vengan, Mis hijos, vengan todos a Jesús y gloriosamente entrarán en este Nuevo Mundo de Amor porque quien dé su SÍ a Mi Hijo será salvado y el diablo perderá todo poder sobre él. Que así sea.
Los amo.
Su madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios.
«Mi hijo. Queda poco tiempo. Así que prepárense para Mí.
¡Denme su SÍ!
¡Entréguenme su vida!
¡Su amor, su alegría, su sufrimiento y sus necesidades!
Yo aliviaré lo ulterior y compartiré lo primero con ustedes y lo multiplicaré muchas veces, es decir, se les permitirá vivir un amor y una alegría aún más profundos, más íntimos y luego entrarán en Mi Nuevo Reino alegres y felices, liberados del maligno, porque no dejo solo a nadie quien se acerque a Mí, a todos los que me den su SÍ los llevo conmigo al paraíso recreado de Mi Padre, porque los amo a cada uno de ustedes y quiero que cada uno de ustedes se salve y que esté bien.
Que así sea. Los amo.
Su Jesús.
Salvador de todos los hijos de Dios.»
«Da a conocer esto, Mi hija. Gracias». (Dios Padre sonríe).