1247. ¡Vean qué engaño están viviendo! — 28.03.2020
Jesús en el Santísimo Sacramento del altar:
Mi hija. Mi hija tan amada por Mí. Diles a Mis hijos fieles que estoy con ellos. Diles que no los dejaré solos y diles a aquellos que aún no Me han encontrado a Mí, su Jesús, que si quieren regresen para que Me encuentren, porque solo a través de Mí no se perderán, solo a través de Mí, a través de su Jesús, encontrarán la salvación y a través de Mí, su Jesús, alcanzarán la Vida Eterna en el Reino Celestial del Padre, Dios Altísimo. Ellos deben volver, Mi amada hija y tú lo eres, de lo contrario TODOS se perderán. Por favor, díselos de Mi parte, de su Jesús.
El tiempo que están viviendo, amados hijos y ustedes lo son, es el tiempo del arrepentimiento, de la penitencia, de la nueva determinación de su vida que debe centrarse completamente en Mí, en su Jesús, para poder alcanzar la Vida Eterna y para hacer que este, su mundo sea un mundo mejor, agradable y digno de ser vivido, ya que para muchos de ustedes lo que viven no es más que superficialidad, no tiene ningún valor y, lo peor aún, es que los aleja cada vez más de Mí, su Jesús. Esto los separa de Mí, de su Redentor, y derribará su alma. ¿No lo creen?, Mis amados hijos y ustedes lo son. Entonces, dejen que les diga lo siguiente:
Están ciegos a la verdad, ciegos a lo que realmente importa, ciegos, engañados y perdidos, viven en un tiempo que solo puede ser mitigado mediante la conversión y la oración insistente y profunda a Mí, al Padre y al Espíritu Santo. Ya han caído en la trampa del maligno, aunque lo negarán, ¡pero miren a su alrededor y comiencen a reconocer! ¡El tiempo en que están viviendo ha hecho que lo que es importante no sea importante, y lo que es absolutamente irrelevante ahora les parece importante! ¿De qué les sirve ser bien vistos frente a la gente cuando su alma está manchada de negro? ¿De qué les sirve el dinero y la riqueza terrenal si su alma se ha convertido en una piedra mientras acumulan más y más [riquezas terrenales]? ¿De qué les sirve su gran trabajo, su hermoso automóvil y otros bienes terrenales cuando su alma está atrofiándose? ¿Qué, hijos Míos? ¿Qué? Les pregunto y les pido que se auto-examinen honestamente:
¿Están preparados para Mí, para su Redentor? ¿Están preparados para presentarse ante el Padre? ¿Lo están? ¿Están preparados para Mi regreso? ¿Lo están? ¿Están preparados para presentarse ante Mí, su Redentor y juez al mismo tiempo? ¿Lo están? ¿Están preparados, Mis hijos? ¿Están preparados o están apegados a sus bienes terrenales, su reputación, su posición, su dinero? Dejen que les diga: ¡A quien le sea más importante su reputación que Yo, su Redentor, aún está lejos de Mí! A quien el dinero le sea más importante que su prójimo, también todavía está muy lejos de Mí, su Jesús. ¡Quien prefiera las riquezas terrenales en vez de Mí, su Jesús, no está Conmigo, y quien acumula riqueza y todavía quiere más tampoco está Conmigo!
Hijos, despierten y vean qué engaño están viviendo. Nada de lo que les parece importante en la tierra -y me refiero a lo que se ha dicho arriba- los lleva a Mí, a su Jesús. Solo a través de la conversión y la realineación de su vida hacia Mí, su Redentor, harán que su mundo vuelva a ser (más) amable y digno para vivir y se acercarán a Mí, su Jesús.
Así que aprovechen este tiempo y arrepiéntanse de todo lo que hicieron mal. Hagan penitencia, arrepiéntanse y expíen, hijos Míos, expíen. ¡Ofrezcan sacrificios y oren! Su oración es tan necesaria para ustedes mismos y para su mundo. Amén.
Los amo mucho. Soy un Redentor misericordioso, pero apareceré (también) como juez, y para este día deberían estar preparados, prepárense para esa hora, porque un alma que no se ha limpiado no va a (poder) entrar en Mi Nuevo Reino. Se perderá y experimentará el mayor sufrimiento.
Entonces, dense vuelta, amados hijos, y estén siempre preparados para Mí, para su Jesús. Amén.
Te amo y los amo mucho.
Tu Jesús, el Jesús de ustedes, El que Soy, el Misericordioso, lleno de amor por cada uno de ustedes y Redentor suyo y del mundo. Amén.