262. ¡Estas son palabras duras pero verdaderas! — 07.09.2013
(3er día en Lourdes)
Mi hija. Mi querida hija. Es muy bueno que hayan venido. ¡Mi Sagrado Corazón Maternal está encantada!
Mis hijos. Es hora de que afronten la verdad y que no se cierran a la hipocresía de los que oficialmente abogan por la paz, pero escondidamente están «en connivencia» (trabajan en conjunto) con los que permiten todo el sufrimiento y la miseria en su mundo y aún peor: ¡lo causan!
¡Despierten! No crean ciegamente todo lo que se les están fingiendo, ¡porque la verdad es otra! Los mayores defensores de la paz en su tierra son aquellos que les han traído el sufrimiento, la guerra, la batalla y el pecado. ¡Estas son palabras duras pero verdaderas!
Por lo tanto, hijos Míos, la paz está en Dios, en su y Nuestro Padre, está en el corazón de cada uno de ustedes, porque donde Dios habita allí no hay peleas, ni miedo, ni luchas por el poder y control. ¡Allí sólo hay amor! ¡Verdadero, auténtico amor!
Donde Dios habita, allí el corazón está en plenitud y no hay lugar para las peleas, para los sentimientos de odio y envidia. ¡Tengan consciencia de esto, Mis hijos! ¡Donde Dios está en casa, en estos corazones vive el amor! Por lo tanto, Mis tan amados hijos. Abran su corazón a su Padre, porque donde el Padre habita, allí viene la paz. Que así sea.
Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de Lourdes. Amén.