276. Donde la fuente del amor está en casa, allí estarán bien — 18.09.2013
Mi hija. Mi querida hija. Su tiempo en el Nuevo Reino de Mi Hijo será hermoso porque allí donde no haya pecado, el amor está en casa, allí donde no haya maldad entre ustedes, vive la paz eterna de Nuestro Señor.
Mis hijos. Deben convertirse porque sólo con un corazón puro y un alma purificada se les permitirá entrar en este maravilloso Reino. Quien se cierra a Mi Hijo, quien no LE da la gloria que LE corresponde y no LO reconoce como QUIEN ES, para él este mundo maravilloso permanecerá cerrado, porque él mismo se cierra a este mundo.
El será invadido del miedo y del sufrimiento porque sólo se le mostrará el camino al infierno y ése tendrá que ir, porque el mundo en el que ustedes viven se acabará y quien no se convierte a Mi Hijo, sólo le quedará el diablo como último lugar de su existencia.
Mis hijos. Mis hijos tan amados por Mí. ¡Sálvense! ¡Denle a su alma la salvación que necesita! Denle paz. Denle amor. ¡Denle la reconciliación con todo lo que aún no ha sido sanado en su vida y corran a los brazos amorosos de su Padre!
Donde la fuente del amor está en casa, allí estarán (ustedes y su alma) bien. Allí podrán «repostar», se les dará fuerza y perseverancia y la claridad del Espíritu Santo los espera allí. Se les será dada e inundará su ser, y cada vez más conocerán a su Padre, así como Su plan, Su providencia para cada uno de ustedes.
Vengan, Mis hijos, vengan y no le den más poder a Satanás sobre ustedes. Tan pronto que le hayan dado su SÍ a Mi Hijo, el adversario perderá su influencia sobre ustedes y encontrarán paz y serenidad y caminarán el camino hacia el Padre.
Los amo, Mi tan querido rebaño de niños.
Con profundo afecto,
Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios.
Que así sea.
«Para quien no siga la palabra de Mi Madre, ahora amanecerán tiempos difíciles. Crean y confíen en Mí, porque Yo soy su Redentor.
Amén.
Su Jesús». (Dios Padre asiente amorosamente con la cabeza).