1305. ¡Están sellando su perdición! — 22.05.2021
Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Antonio, observo con tristeza los acontecimientos en su mundo. Pero también veo lo triste que está Jesús, Nuestro Señor. Tantos hijos son apóstatas a ÉL, y esto aunque fue ÉL quien ya ha comprado su eternidad con su sangre, es decir: a todos los hijos que LE siguen, por muy pesada que hubiese sido la vida pecaminosa que les aferra, se les permite -tras una digna confesión, penitencia y arrepentimiento- ser elevados con y por Jesús, siempre y cuando vivan con ÉL, por tanto amados hijos, y es eso lo que son, conviértanse y encuentren a ÉL, a Jesús, su Redentor, para que no se pierdan y puedan experimentar la gran alegría, cuyo día amanecerá pronto, como un día de gozo.
No les sirve de nada permanecer enredado en el pecado. No les sirve de nada seguir a los hombres. No les sirve de nada buscar su felicidad en el exterior, y todo lo mundano tampoco les sirve, porque es efímera y sólo Jesús es la esperanza, la alegría y el amor, la pura misericordia y su entrada a la eternidad en la gloria, que sólo alcanzan los verdaderos hijos fieles y obedientes y consagrados a ÉL.
¡Ustedes o no conocen o no entienden el Libro del Padre! No creen en ÉL, porque si lo hicieran, sinceramente y de todo corazón, entonces respetarían, (¡) no (!) mejor dicho ¡DEBERÍAN vivir Sus mandamientos! Han olvidado a Jesús o no entienden su acto de amor, de sacrificio por ustedes. ¡No están escuchan los mensajes! ¡No escuchan lo que sus santos han dejado como legado de su vida! Están tan lejos del Reino de los Cielos que es sólo por eso que el diablo y sus secuaces han podido obtener tanto poder sobre ustedes y su tierra. Son ustedes mismos los que les han dado este poder. Consciente o inconscientemente, USTEDES han permitido que se haya podido llegar hasta aquí y ustedes siguen dando más poder y control al maligno, porque no están con Jesús, pisotean los mandamientos del Señor, no asisten a las Santas Misas, ni tienen tiempo para ÉL, para su Salvador, ¿y (ustedes) realmente creen que todo volverá a estar bien?
Hijos, estén advertidos. Su fin está cerca, y el que no se ha convertido a Jesús a tiempo, sella su perdición. Ustedes mismos la sellan. No es el padre, ni el adversario. Este (adversario) sólo les ayuda con ello. De lo contrario, Jesús los lleva al Reino de los Cielos, pero ustedes son demasiado cómodos para seguirlo a ÉL. ¡Qué vergüenza, queridos hijos, qué vergüenza! Deben convertirse y Nosotros, los Santos y los Santos Ángeles, oramos por ustedes.
Presten atención a estos mensajes, porque la palabra escrita en ellos es para su salvación, ya que esta misión fue realizada por la Santísima Virgen María, con Jesús y el consentimiento de Dios Padre. Amén.
Conviértanse, porque el tiempo es corto. Amén.
Su Antoni Maria Claret. Amén.