381. ¡Déjense caer en este amor del Señor que todo lo perdona, que todo lo cura, que todo lo impregna y que tanto llena! — 18.12.2013
Mi hija. Mi querida hija. Todos ustedes están soportando estos días. Muchas almas serán «iluminadas» por esto, por lo tanto, ofrezcan TODO al Señor, porque así ÉL puede utilizarlo donde se necesita urgentemente, y así muchas almas más encontrarán su camino hacia ÉL.
Mis hijos. Perseveren. El tiempo del fin es corto. Pronto ya entrarán en el Nuevo Mundo, pero sólo para el que haya profesado su fe a Jesús se abrirán las puertas del Nuevo Reino.
Mis hijos. Conviértanse y denle su SÍ a Jesús. Entonces los milagros del Señor también pueden ocurrir en su vida y los reconocerán como tales. A muchos de ustedes ya se les están regalando Sus «riquezas» en este tiempo tan precioso y santo, pero su corazón aún no está abierto y por eso no ven cuán graciosamente el Padre les está gratificando.
Mis hijos. ¡Abran sus corazones a Jesús y al Padre! ¡Dejen que entren [a sus corazones] y compartan su vida con ellos! Dios Padre es un Padre amoroso y este amor es sanador y sin expectativas. Así que vengan, Mis hijos, vengan y déjense caer en este amor del Señor que todo lo perdona, que todo lo cura, que todo lo impregna y que tanto llena.
Mi bendición está con ustedes y el amor de Mi Hijo lo doy a quien Me lo pida. Amén. Que así sea. Los amo.
Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios.
«Celebren los días de festejo contemplativamente y vengan a Mí, a su Jesús, porque quiero regalar Mi amor a cada uno de ustedes y la gracia de Mi Padre espera a todo el que venga a Mí.
Con profundo amor,
Su Jesús. Amén.»
Gracias, Mi hija. Vete ahora.