386. ¡Vean la mano extendida del Señor y acéptenla! — 23.12.2013
Estoy triste porque ustedes no honran al Señor. Gastan su tiempo en cosas materiales y no se dan cuenta de lo que es lo más importante. La Navidad es la fiesta de Cristo. El Señor les ha nacido, pero a la mayoría de ustedes no les importa. EL vivió para ustedes. EL murió por ustedes. EL les quitó toda la culpa. Él los ama. Si embargo, ustedes LO ignoran, LO pisotean, LO deshonran, profanan Sus iglesias y se burlan de ÉL.
Mis hijos. Detengan esto, porque la caída será la suya. Vean la mano extendida del Señor y acéptenla, de lo contrario vendrá el diablo. Ése los quemará en el lago de fuego y les infligirá el mayor tormento. Así que acepten la mano del Señor y comiencen a amarlo nuevamente. Porque sólo ÉL es el camino a la eternidad, pero el diablo es el camino al infierno.
¡Despierten! Prepárense, porque el Señor vendrá de nuevo. Quien no se vuelva a ÉL se perderá, porque quien niegue su SÍ al Señor le da al diablo poder sobre sí mismo, y ése lo arrastrará con él a la condenación eterna.
¡Así que vengan a Jesús! Muéstrale respeto y honor. Entonces ÉL realizará Sus milagros en ustedes y los llenará del amor del Señor.
Vengan antes de que sea demasiado tarde.
Yo, su San Josep de Calassenç, se lo digo. Amén.
Vete, Mi hija. La bendición del Señor sea contigo y los tuyos. Díselo también a N.N. y a su familia. Amén.