389. ¡Por una cierta razón ustedes han nacido en su familia! — 26.12.2013
Mi hija. Mi querida hija. Buenos días. Gracias por todo su trabajo en el día de Navidad. Se lo agradecemos y los amamos mucho a ustedes. Por favor, transmita estos agradecimientos. Gracias, Mi hija.
Mi hija. Háganse un lindo día y disfruten de la unión en familia.
La familia es lo más importante que tienen ustedes como seres humanos aquí en la tierra y debería ser sagrada para todos ustedes, pero lamentablemente no es así. Muchos de Nuestros hijos están peleados en la familia. Los hijos con sus padres, los hermanos entre sí y luego las peleas dentro de la familia más extensa.
Mis hijos. ¡Lleven el amor en sus corazones los unos por los otros! ¡Amen a sus hijos! ¡Amen a sus padres! Complázcanse los unos a los otros y no dejen que surjan peleas a causa de la envidia y otros sentimientos encendidos por el diablo.
¿Qué es un niño que no puede confiar en sus padres? ¿Cómo va a crecer si sus padres no le dan amor? ¿Cómo se sienten los padres cuando sus hijos se vuelven codiciosos y egoístas con ellos? ¿Cómo se sienten los abuelos cuando son deportados por ser «demasiado viejos»?
El sufrimiento que ustedes se están haciendo unos a otros en el seno de sus familias es infinitamente grande y polifacético. Recuerden, Mis queridos hijos, que han nacido en su familia por una cierta razón. Dios Padre no deja nada al azar, pues todo lo que ÉL crea y ha provisto tiene una razón profunda, muchas veces incomprensible para ustedes.
Acéptenlo. ¡Sean agradecidos por la familia que tienen! Y aquellos de ustedes que vienen de familias verdaderamente rotas: ¡Ábranse al Padre! Ofrézcanle todo a ÉL. ¡Entréguense a Jesús! Y verán como cada vez se produce más curación en ustedes y en su entorno, es decir también y especialmente en su familia cuando oran en esta intención, pidan y ofrecen sacrificios por ello (visitas a la misa, por ejemplo, velas y/o lo que puedan/quieran hacer por la curación de ustedes mismos y su familia).
El Señor es omnipotente y en Su omnipotencia realiza lo que parece imposible, porque para ÉL, el Padre Todopoderoso, nada es imposible, y en Su bondad y Su misericordia concede milagros y gracias a quien encuentra el camino hacia ÉL y se lo pide.
Por lo tanto, Mis hijos, den su SÍ a Jesús y comiencen este tan maravilloso y sanador camino hacia Dios, su Padre en el Cielo. Los amo.
Su Madre en el Cielo
Madre de todos los hijos de Dios
«Mi Madre habla la palabra verdadera. Crean y confíen y pónganlo en práctica. Yo, su Jesús, los ayudo tan pronto Me lo pidan. Amén. Que así sea.
Su Jesús Quien los ama.
Salvador de todos los hijos de Dios.»
(Dios Padre sonríe amorosamente.)