392. ¡Lo que se les viene encima, ninguno de ustedes puede afrontarlo solo! — 28.12.2013
Mi hija. Mi querida hija. Lo que has visto en la Santa Misa es cierto. El anticristo está listo y pronto verán su rostro en los medios de comunicación.
¡Hijos! No se dejen engañar. ¡Su carisma no viene de Dios! Presten atención a su corazón [el corazón de ustedes], porque sólo su corazón sabrá lo que es verdad, pero su mente los engañará si no escuchan a sus corazones.
Tengan esto presente, porque cuando llegue el momento, todo pasará muy rápido. ¡Serán cegados y engañados; ¡engañados porque el anticristo con la ayuda de los medios de comunicación y el grupo de élite, los guiará en una dirección!
Así que estén advertidos, porque el falso profeta también pertenece a este grupo. Juntos querrán hacerse con los timones del mundo, pero recuerden siempre Nuestras profecías: Mi Hijo vendrá de lo alto en el cielo, y muchas señales verán en el cielo. ÉL, que es su Salvador, NO habitará entre ustedes, sino que vencerá al diablo.
El poder del anticristo que ustedes, Mis amados hijos, le dan juegan su juego debido a que ustedes serán cegados, Mi Hijo lo destruirá. ÉL, que es el Hijo del Padre Todopoderoso, Creador y Gobernante sobre el cielo y la tierra, pondrá fin al maligno.
Arrojará al anticristo al lago de fuego, junto con el falso profeta. El «grupo de élite» perecerá, pues está unido al diablo, que será encadenado en la condenación. Pero tengan cuidado, Mis hijos, porque a muchos de ustedes todavía intentará llevárselos con él, ¡por eso denle a Jesús su SÍ! Entonces perderá todo el poder sobre ustedes y no podrá robarle el alma.
Mis hijos. Los tiempos se están volviendo cada vez peores, pues el final pronto se manifestará. Perseveren y oren mucho, especialmente en las intenciones de Mi Santo Hijo. Conságrense a ÉL y estén muy cerca de ÉL, entonces el anticristo y el falso profeta no podrán cegarlos, porque llevan a Jesús en su corazón y estarán iluminados por el Espíritu Santo. Invoquen a ÉL tan pronto como duden, y recen las oraciones a ÉL diariamente. De esta manera se salvarán de la confusión y ayudarán a otros a liberarse de ella.
Tantas almas que se han extraviado, es por eso que sus oraciones son tan necesarias. Pero también deben pedir y rezar por ustedes mismos, porque lo que se les viene encima, ninguno de ustedes puede afrontarlo solo.
Mis hijos. Vengan todos a Jesús y háganse uno con ÉL. Entonces estarán preparados para el final del tiempo del fin, y el diablo no podrá hacer nada contra ustedes.
Mis hijos. Ustedes se convierten en uno con ÉL en cada comunión que reciben, y ÉL con ustedes, se funden con ÉL. Inviten a ÉL a su vida y dejen que ÉL viva a través de ustedes. Cuando entregan su voluntad a ÉL y aceptan y viven Su voluntad, ¡entonces serán Uno con ÉL! ¡Dejen que ÉL moldee su vida y regálenle a ÉL todos los días su día! Entréguense completamente a ÉL y conságrense a ÉL. Entréguenle todo a ÉL, entonces se acercarán más y más a ÉL hasta que ÉL habite en ustedes completamente y ustedes sean uno con ÉL.
Mis hijos. Quien hace la voluntad del Señor es uno con ÉL. Quien se entrega al Señor es uno con Él. Es difícil para ustedes entenderlo, pues todos ustedes son individuos, pero quien se entrega al Señor, rinde su voluntad y vive la voluntad del Señor, se ha hecho uno con ÉL, pues se ha dado y entregado a ÉL, y así ÉL puede actuar a través de ustedes, en ustedes y a su alrededor.
Mis hijos. Los amo tanto. Desde lo más profundo de Mi corazón maternal los amo a cada uno de ustedes. Crean y confíen en Mi Hijo.
Les doy Mi bendición,
Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios. Amén.
«Mi hija. El dolor que sientes es el mismo de hace casi 1 año. Pronto se te permitirá revelar la primera visión. La lanza atraviesa tu corazón tal como atravesó el de Mi Hijo. La visión de hoy es similar a la que tuviste a principios de año. Los acuerdos se han hecho. Todo lo demás, María, su Santa Madre en el Cielo, se lo ha dicho y se lo seguirá diciendo.
Mi hija. Te amo. Nunca tengan miedo. Los protegeremos.
Tu Padre en el Cielo Quien te ama.»
«Mi hija. El Señor ha hablado. Amén. Tu ángel del Señor.»