1383. ¡Frustren los planes del maligno! — 02.11.2022
Mi hija. A Europa le esperan tiempos difíciles, pero no temes nada. La guerra no se extenderá a todas las distancias, partes de su país.
No tengan miedo, Mi querido rebaño de niños, porque se está rezando mucho y el Padre escucha sus gritos de auxilio. Yo, tu y su Madre del Cielo, estoy muy contenta de que tantos hijos respondan a Nuestra llamada a la oración.
Por favor, no olviden en ningún momento a las pobres almas del purgatorio, pues también ellas necesitan mucho de sus oraciones.
Mi hija. Los tiempos más difíciles se planifica hacer caer sobre ustedes, pero la oración contrapone a ello.
¡El Padre ayuda donde se ora!
¡El Padre ayuda donde se LE da honor a ÉL y a Su Hijo!
¡El Padre escucha sus oraciones y ÉL, que es Todopoderoso, ayuda!
¡Reconozcan los milagros que hay hoy en su tiempo actual y sepan que todos vienen del Padre, su Creador que tanto los ama!
ÉL, que los creó a todos ustedes, envió a Su Hijo a este mundo, Jesús, su Salvador, y ¡Sus milagros continúan hasta hoy!
¡Véanlos! ¡Reconózcanlos! ¡Y sepan que su oración es muy poderosa!
Sin su oración estarán a merced del diablo, sus demonios y sus secuaces terrenales, pero con la oración, a través de su oración, se mantendrán firmes y «golpearán de vuelta». ¡Mitigan, disminuyen los males y el gran sufrimiento QUE SE PLANIFICA TRAER SOBRE TODAS LAS PARTES DE SU TIERRA!
¡Ustedes acortan el tiempo, amados hijos, y es eso lo que son, cuando imploran fervientemente al Padre!
¡Utilicen, pues, la oración, dado que tiene el poder de hacer tantos milagros!
El Padre los escucha. ÉL, Que es Todopoderoso, se complace en sus oraciones, siempre y cuando se dirijan desde un corazón puro, confiado y creyente a ÉL, a Jesús, a sus santos -¡QUE TODOS ESTÁN A LA ESPERA PARA USTEDES!- de manera sincera y honesta.
¡Así que utilicen el poder de la oración y provoquen cambios! ¡Ustedes frustran los planes del maligno CON CADA ORACIÓN QUE SE REZA! ¡Y ustedes hacen tanto bien A TRAVÉS DE LA ORACIÓN!
Así que recen mucho y recen fervientemente y ¡tomen a pecho Nuestra Palabra!
Yo, su Madre quien los ama les doy las gracias.
Recen mucho, amados hijos, y no dejen nunca cesar la oración. Amén.
Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Con Jesús, su Salvador quien los ama y cuida. Amén.
Entréguense completamente a Mi Hijo y conságrense a ÉL. Amén.