1400-19. Parte 2, Mensaje de Juan, el 15.03.2023 en un Lugar Santo
El 15.03.2023 en un Lugar Santo
Mensaje de Juan
Mi hija. Yo, tu Juan, he venido a nuevamente instruirte hoy.
Mi hija. Lo que vi hace tanto tiempo a través del Santo Ángel del Señor y Creador es lo que ya está sucediendo hoy en su mundo.
Vi el final hace tanto tiempo, pero también vi cuánto los protege su oración.
El Padre no los deja solos en ningún momento, deben saber esto para poder aguantar, perseverar. Así que recen e imploren al Padre en el Cielo, porque ÉL, su Creador que los ama, escucha a sus hijos suplicantes. Este fue un consuelo para Mí, el mayor consuelo, cuando vi las imágenes que Me mostró Su Santo Ángel.
Mi hija. Vi mucha calamidad y vi mucho sufrimiento, pero había muchos hijos orantes y fieles a Jesús que se mantuvieron firmes y aguantaron hasta el final. Eran los hijos de la luz de Jesús.
En ningún momento se desviaron del camino verdadero, en ningún momento dudaron del amor y del cuidado del Señor. No se convirtieron en mártires, porque el Señor, nuestro Salvador, los elevó al final de los tiempos y esta «esperanza», esta «confianza» y esta «fe» les dieron la fuerza para pasar por CUALQUIER COSA y para no aceptar NADA de lo que el maligno quisiera imponerles.
El Señor, Jesucristo, estuvo SIEMPRE a su lado. ÉL guio a estos hijos de la verdadera fe en ÉL, cautelosamente y velando por ellos, a través de este tiempo de horror, a través de todo el tiempo final.
Su fe fue severamente probada, al igual que su confianza, pero ellos superaron cada obstáculo y permanecieron completamente protegidos por el SEÑOR.
Estos serán los hijos del Nuevo Reino, Mi hija, y su esperanza y su confianza y su fe les hará soportar y pasar por cualquier cosa. Ellos «perseveran» y oran y suplican mucho y fervientemente. Estos hijos no se perderán, y esperarán y experimentarán el regreso del Señor con la mayor alegría y esperanza. Yo vi esto para el final de este tiempo, Mi hija, fue una verdadera alegría y alivio para Mí.
Pero los otros que no fueron fieles Me causaron la mayor tristeza. Los vi perderse uno tras uno. Cayeron como «alimañas» en el infierno de Satanás, ¡y él se solazó con su sufrimiento!
El anticristo había engañado a muchos, ¡y ellos también cayeron como alimañas en el infierno!
Y vi muchos mártires. Estos no «abandonaron» a Jesús, ¡y su alma ascendió inmediatamente!
Hijos, no tienen nada que temer ¡mientras permanezcan fieles al Señor Jesucristo! Pero si no lo hacen, se convertirán en las alimañas que vi y caerán en el infierno. Nadie podrá ayudarlos, porque el anticristo NO dejará ir a nadie que una vez haya atraído hacia sí.
Así que estén advertidos, porque cualquiera que caiga en él -y serán muchos, muchos- ¡no tendrá una segunda oportunidad!
¡Ustedes deben permanecer fuertes y firmes y darse cuenta de que la vida en la tierra es sólo una fracción mínima de su eternidad!
Así que vivan para esto, la eternidad en el Reino del Señor, porque el que no se ha preparado para la eternidad experimentará un duro despertar en las garras de Satanás. Todo esto Me lo mostró el Santo Ángel, y el horror de aquellos hijos que al final, cuando ya era demasiado tarde para el arrepentimiento, cayeron en el infierno del maligno.
Este es un estado de absoluta agonía del alma, pues se dan cuenta de que deberían haber confiado en Jesús. Esta toma de conciencia les trae un sufrimiento eterno y le trae a ustedes, a su alma, la mayor agonía y tormento.
Pero el diablo sólo se ríe de ustedes, y el tormento y la agonía que les traerá no es nada comparado con el tormento al que puede ser sometido el cuerpo humano durante su vida, es decir: el dolor físico pasa a más tardar con la muerte, Mis hijos, pero el [dolor] espiritual aumenta y su alma será torturada (atormentada/martirizada) por toda la eternidad, ¡si caen en el infierno de Satanás!
Vi que a TODOS los hijos de la tierra se les dio todavía una gran oportunidad para arrepentirse, y Yo, su Juan, sólo puedo pedirles: ¡acéptenla!
¡No sigan dejándose seducir por las tentaciones transitorias del diablo, sino recen, recen y supliquen! ¡Conviértanse y encuentren a Jesús! ÉL es el camino al Padre y a la Vida Eterna en la Gloria, ¡y ÉL es el camino al Nuevo Reino!
¡Así que no desperdicien esta gran oportunidad para la eternidad en el Reino de los Cielos! ¡Acéptenla y prepárense!
¡Sólo así su alma no caerá presa de los tormentos eternos del diablo! ¡Sólo así podrán sobrevivir al último tiempo!
¡La oración protege! ¡La oración cambia! ¡Y el Padre escucha a Sus hijos suplicantes!
Todo esto vi para el final de este tiempo, y vi y les digo que este tiempo es ahora. Amén.
Escucha al Padre, su Creador, pues sólo ÉL es el amor que anhela su alma.
Sus mandamientos son ley, tanto en el pasado como hoy y para siempre. Tómenlos a pecho y vivan de acuerdo con ellos, entonces no tendrán nada que temer. Amén.
¡Examínense, pues quien no se examina a sí mismo puede fácilmente pasar algo por alto, y caerá profundamente si no es honesto [consigo mismo]!
Así pues, tomen a pecho los mandamientos del Padre, porque sólo con ellos entrarán en el Reino de los Cielos. Amén.
Vi lo que pasó, Mis hijos, y vi cómo muchos decían ser buenos, pero no lo eran. No vivían los mandamientos del Señor, hacían excepciones a ellos para sí mismos y para los demás y los torcían para adaptarlos a su bienestar.
El mayor pecado en su tiempo hoy es la fornicación y el aborto, Mis hijos, ¡y ahora vean cómo esta culpa de sangre se aferra a tantos de ustedes!
¡Pidan perdón y confiésense, hagan penitencia, arrepiéntanse y expíen! Regalen al Señor su sacrificio de penitencia para que sean liberados de esta culpa tan cruel.
El Señor es misericordioso y ÉL perdona sus pecados, pero deben llevarlos ante ÉL con un corazón verdaderamente contrito y ¡deben darse vuelta! ¡De poco sirve la confesión a quien se confiesa y no cambia! El que se confiesa y realmente quiere alejarse del pecado, ¡el Señor le ayudará! Pero deben pedir, orar y suplicar que ÉL les ayude, porque muchos de ustedes están profundamente enredados en él, en el pecado, que difícilmente pueden salir de él por sí mismos. Así que pidan, oren y supliquen, porque el Señor es misericordioso, yo también vi esto para el fin de los tiempos.
Es muy extenso lo que el ángel me mostró y explicó, y tuve que hacer muchas preguntas, y sin embargo es inevitable encontrar a Jesús y escapar del pantano del pecado de su tiempo presente.
Sin conversión [arrepentimiento] no hay salvación, Mis hijos. Esto es lo que vi y que quiero compartir hoy con ustedes.
Escuchen al Señor y Padre y encuentren a Jesucristo, de lo contrario no habrá salvación para ustedes. Perecerán, porque lo que está por venir será terrible, y sólo un hijo verdaderamente fiel se mantendrá firme hasta el final. Amén.
Yo, su Juan, les traigo hoy este mensaje, porque el tiempo de preparación se acerca a su fin. Así que aprovéchenlo y estén preparados, preparados para Jesús. Amén.
Díselo a los hijos, Mi hija. Es lo que el ángel Me mostró y explicó y es para este tiempo. Amén.
Tu Juan. Apóstol y «favorito» de Jesús. Amén.
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