465. ¡Vivan su potencial espiritual! — 05.03.2014
Mi hija. Mi querida hija. Por favor, diles a Nuestros hijos hoy lo siguiente:
Cuando el mundo en el que viven ahora llegue a su fin, pueden estar seguros de que un mundo más bello, más glorioso será su herencia, sin embargo, para alcanzarlo se requiere fe, devoción, purificación y amor a/por Mi Hijo, pues quien no profesa su fe en ÉL, quien LO rechace a ÉL y al Padre, no conocerá el Nuevo Reino, pues no es digno de entrar en esta gloria tan maravillosa del Señor, de recibir Sus dones y de que se le concedan Sus milagros.
Mis hijos. ¡Conviértanse! ¡Aún hay tiempo! Corran a Jesús, y no sigan aferrados a las cosas superficiales. ¡No les traerán más que infelicidad y vacío y los arrastrarán cada vez más al fango de la condenación!
¡Acéptense a sí mismos tal como Dios, el Señor, los ha creado y vivan su potencial espiritual! Quien no expanda su espíritu, quien no se comunique con el «Cielo», quien apegue su corazón a las personas y a las riquezas de carácter terrenal, estará perdido, porque al final de los días, cuando su mundo llegue a su fin, Jesús sólo se llevará consigo a Sus seguidores. Pero todos los demás se perderán al diablo.
Mis hijos. No se auto forjen este horrible final, porque su alma experimentará mucho sufrimiento tan pronto que se dé cuenta de hacia dónde debe ir. ¡La mayor decepción se extenderá dentro de ustedes cuando se den cuenta del falso juego que el diablo ha jugado con ustedes! Sufrirán, serán atormentados y arderán sin quemarse [sin desaparecerse/morirse].
Mis hijos. Este es un estado tan terrible, un sufrimiento tan grande y un dolor infinito que tendrán que soportar durante una eternidad si no se vuelvan a Jesús, quien -por mucho y terriblemente que hayan pecado- ¡los ama tanto y les perdona todo!
¡Vengan a ÉL y entren con ÉL en el Nuevo Mundo de paz! ¡Abandonen las ganas de dominar y controlar todo, el vicio y la fornicación, el asesinato y todas las ofensas y corran a Jesús en Sus Santos Brazos! ÉL los ama y ÉL los ve, ¡no necesitan fingir!
Vengan a ÉL y regalen a su alma alegría y felicidad, porque el diablo le tiene reservado tormento y dolor, pero Mi Hijo la sanará y la inundará con Su amor. Los dones del Padre le serán concedidos, y la mayor alegría la invadirá, dotándola de satisfacción, gozo y perfecta plenitud. Que así sea.
¡Conviértanse! ¡Aún no es demasiado tarde!
Con profundo amor y afecto,
Su Madre en el Cielo, que tanto los ama. Amén.
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«Alégrense, porque el Señor vendrá.
Un ángel de los 7 coros.» (hay 2 ángeles allí, llenos de alegría y felicidad.)
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Gracias, Mi hija. (Dios Padre amorosamente.)