1441. ¡El espíritu contemporáneo es incompatible con los mandamientos del Señor el Padre! — 04.06.2024
Mi hija. No son tiempos fáciles para ti y para los hijos del Señor y Padre, pero sepan que el sol volverá a brillar en el horizonte, es decir:
Cuando el tiempo de la tribulación, de los males y de la destrucción de todo lo bueno, de todo lo santo haya terminado, así como las persecuciones -y son muchas, Mi hija, Mis hijos, son muchísimas-, entonces sepan que Jesús está ahí para ustedes, que las puertas del Nuevo Reino del Señor se abrirán y Jesús les concederá la entrada, a aquellos que permanezcan fieles y firmes y sepan perseverar, ósea (¡) que estén preparados (!), Mis hijos, que estén preparados, porque los tiempos se harán aún más difíciles y sólo un corazón fortalecido en Jesucristo podrá permanecer firmemente y no «cederá» cuando los tiempos parezcan insoportables.
Oren, Mis hijos, ¡y fortalézcanse en la oración y en la Sagrada Eucaristía!
¡Adoren al Santísimo Sacramento y fortalézcanse en Jesucristo!
Deben permanecer fuertes, amados hijos, ¡y deben buscar una y otra vez el camino hacia Jesús!
¡Es importante que hagan esto para que permanezcan en la verdadera, firme y profunda fe en Jesús!
El espíritu contemporáneo es incompatible con los mandamientos del Señor el Padre.
Ustedes viven en un mundo dividido y muy alejado de la fe cristiana. Hace tiempo ya que no se les permite expresar su libre opinión. La gente se ataca como buitres a un animal muerto, sólo que ustedes no son animales ni están muertos, pero ya no tienen libertad de expresión.
Hijos, hijos, ¿realmente no ven lo que está pasando y dónde ustedes se encuentran?
Todo esto les ha sido profetizado en estos y otros mensajes, ¡pero tantos de ustedes todavía ni lo ven ahora! Otros de ustedes no tienen perseverancia a pesar de que ven, y sin embargo no perseveran.
Fortalezcan su fe y oren, Mis hijos, ¡vayan a sus Santas Misas y adoren al Santísimo Sacramento!
El Espíritu Santo está ahí para ustedes. Sólo tienen que pedírselo y ÉL les dará sus dones.
Hijos, hijos, su mundo está en ruinas, ¡pero aún empeorará!
No hablo de ruinas bélicas en el sentido habitual, sino de las ruinas morales, de las ruinas que los están destrozando a ustedes los unos a los otros, como las ruinas «hechas por el hombre» como la de la esterilidad de su tierra (¡) y de los ustedes mismos (!), de las ruinas espirituales que están siendo provocadas de todo esto…, la lista es larga, Mis hijos, ¡es larga!
¡Su única manera de perseverar es la confianza en Jesucristo, nuestro Señor y Salvador! ¡Sólo a través de ÉL pueden perseverar y recibir el final con alegría! ¡Sólo con ÉL permanecerán lo suficientemente fuertes para soportar el final! ¡Sólo con ÉL y por ÉL alcanzarán el Nuevo Reino y cosecharán el Reino de los Cielos del Padre, Su gloria!
Hijos, hijos, ¡todos los que tengan otra creencia no perseverarán!
¡Todos los tibios deben convertirse! ¡Se han extraviado y no viven los mandamientos del Señor y Padre!
¡Hijos, hijos! Ya es la hora.
Prepárense, porque cuando llegue el momento y todo va muy rápidamente de golpe a golpe, bienaventurado el que esté preparado. Amén.
Con profundo amor Me despido hoy de ustedes.
Oren mucho y oren con fervor para que permanezcan fieles y firmes a Jesús. Amén.
Su Bonaventura. Amén.
Mi hija. Yo intercedo por ti y por todos los que Me lo pidan. Así que diles: Nosotros, sus santos, esperamos se dirijan a Nosotros. Amén.