549. ¡Los días del fin ya están contados! — 09.05.2014
Mi hija. Mi querida hija. Buenos días. Diles a Nuestros hijos hoy que sigan Nuestra llamada por la noche de rezar en las intenciones de Jesús. Los «terrores» que están siendo planeados y que se supone que sobrevengan su tierra pueden así ser mitigados e incluso evitados, pero deben responder a Nuestra llamada e ir a la oración por la noche cuando los llamemos.
Mis hijos. ¡Si supieran lo poderosa que es su oración! ¡Dejarían todas las distracciones terrenales y no haría otra cosa que orar día y noche! ¡Su oración tiene tanto poder! Y unida a los santos del Cielo y fortalecida por las gracias del Señor, ¡actúa como una barrera protectora que no deja pasar nada maligno y les preserva la paz y el amor!
Mis hijos. Utilicen su oración en esta última batalla porque el fin se acerca y si no rezan lo suficiente, será amargo para ustedes y para su tierra. Dios Padre intervendrá, pero ustedes pueden ¡protegerse de lo peor a través de su oración ANTES de que Su mano justa y castigadora «truene» desde el Cielo a la tierra!
¡Utilicen la oración y oren con devoción! Las oraciones en estos y otros mensajes son especialmente poderosas para el final de los tiempos: ¡Récenlas!
¡Recen (también) sus Santos Rosarios todas las noches! Recen, recen, recen, ¡entonces NO les sobrevendrá tanta calamidad, porque la alejarán con la barrera protectora de todas sus oraciones!
Escuchen Nuestra Palabra, Mi rebaño de hijos tan amado, y nunca dejen de rezar, porque la oración es su única arma que poseen y al mismo tiempo su poderosa protección en estos tiempos difíciles del fin.
Los amo. Recen, Mis hijos. Su Madre en el Cielo Quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.
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«Mi Madre habla la verdadera Palabra. Escúchenla y sigan Su llamada, porque su oración los protegerá, los salvará del mal y preparará el camino para que muchas más almas vengan a Mí.
Oren, Mis hijos, oren, porque los días del fin están contados ahora.
Su Jesús Quien los ama
Salvador de todos los hijos de Dios. Amén».
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«Escuchen lo que les dice Mi Hijo y oren en Sus intenciones. Sigan la llamada de la Madre de Dios, porque Ella habla la verdadera Palabra. Oren, Mis hijos, oren. Así los salvarán a ustedes mismos y a su tierra de grandes sufrimientos. Amén.
Su Padre en el Cielo, Que tanto los ama».
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«El Señor ha hablado, así que sigan Su llamada. Yo, el Ángel del Señor, se lo digo. Amén.
Su Ángel del Señor.»