603. ¡El que lleva odio y codicia y envidia en su corazón no tiene espacio para Mí, su Salvador! — 29.06.2014

Mi hija. Mi querida hija. Acepten todo con amor, Mis tan amados hijos, y entréguense por completo a Mi Hijo, pues sólo ÉL es su camino hacia el Padre y hacia la eternidad gloriosa que se da a todo aquel que ama a Jesús, LE honra y LE sigue.

Mis hijos. Emprendan el camino hacia el Padre, porque “deben” alcanzar su santidad en la tierra. Quien no se prepare para la vida eterna con Su Creador, no entrará en el Nuevo Reino de Mi Hijo, pues cuando el día haya llegado, sólo habrá el camino con Jesús para los fieles hijos del Señor, así como el arrastre hacia la condenación de la bestia para TODOS AQUELLOS que rechazaron a Mi Hijo durante su vida.

Mis hijos. Prepárense, porque el Reino de Mi Hijo los está esperando. Hay lugar para todos ustedes, pero ustedes deben ser puros y dignos. Jesús está a la espera y pronto experimentarán el gran “acontecimiento”, pero no “complacerá” a todos los hijos de la tierra. Así que prepárense y reciban a Mi Hijo como EL se lo merece, porque el que esté preparado, purificado y, con el corazón abierto, ponga su esperanza en Mi Hijo y confíe en Mi Hijo y LO anhela ver, se le concederá una alegría única que será -por decirlo con palabras terrenales- sobrecogedora, gloriosa y radiante.

Mis hijos. Esperen a Mi Hijo con amor en sus corazones y caigan de rodillas tan pronto como las señales de este acontecimiento aparezcan en el cielo. TODOS verán lo mismo (la misma señal), pero la experiencia será diferente para cada uno de ustedes, dependiendo de su (“grado” de) pureza y amor por Jesús. Alégrense, ustedes hijos fieles de Mi Hijo, porque estarán llenos de alegría y paz. Amén.

Su Madre en el Cielo que los ama.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.

“Mis Hijos. Yo vendré a advertirlos y todos ustedes los que Me aman sinceramente experimentarán una gran alegría. Mi amor los “llevará” y los envolverá y su corazón se alegrará con gozo y felicidad, tal cual como el corazón de un niño que se alegra sin preocupaciones.

Ayuden a sus hermanos y hermanas que se han extraviado a encontrarme a Mí para que ellos también puedan experimentar este acontecimiento como un acontecimiento feliz y para que se unan a Mi Ejército Remanente. De esta manera su alma también será salvada y ellos alcanzarán el Nuevo Reino conmigo.

Diles a todos los hijos que el tiempo ahora está llegando y que deben vivir en amor los unos con los otros, porque el que lleva odio y codicia y envidia en su corazón no tiene espacio para Mí, su Salvador.

Con profundo amor y lleno de alegría estoy a la espera.

Su Jesús que los ama.

Salvador de todos los hijos de Dios e Hijo del Padre Todopoderoso. Amén.”