36. Mi vida entre ustedes pronto esté cumplida. — 19.02.2013
Mi hija. Siéntate al lado Mío. Soy Yo, tu Jesús. Te amo, Mi hijita. Tu trabajo es muy importante. Muchas almas serán salvadas.
Mi hija. Mi vida entre ustedes pronto esté cumplida, es decir, lo que debiera desencadenar. Desafortunadamente, no todos Me escucharon. Muchos todavía no creen en Mí, pero Yo, Jesucristo, les daré otra una oportunidad. Cuando descienda del cielo, millones y millones me verán. Sabrán que soy Yo, Jesús, el Hijo Unigénito de Dios, quien los llama a venir a Él y millones y millones elegirán estar conmigo. Este es Mi consuelo en estos tiempos difíciles, cuando el poder del anticristo parece estar aumentando cada vez más.
Muchos de Mis hijos sufren de él, muchos de Mis hijos lo siguen, muchos de Mis hijos son ciegos y lo «idolatran». Pronto, eso se mostrará públicamente. Él ya controla su mundo virtual, es el soberano del Internet, de las telecomunicaciones y, por supuesto, está enredado en su sistema monetario, instigador del mal más grande que ha infestado su mundo. Pero sin numerosos «ayudantes» tampoco podría crecer él.
Decídanse por Mí, Mis amados hijos, y no tengan miedo. Siempre mantendré Mi mano sobre ustedes para que no sean «infectado» por el mal del pecado que el adversario les vende a ustedes, al mundo, como lo normal y bien. Estén asegurados de que los días del maligno están contados y de que la salvación de todos los hijos de Dios, que me aceptan a Mí como él que Soy, es inminente. Juntos somos fuertes, y juntos luchamos contra el mal. El perdón y la oración se están haciendo cada vez más importantes para ustedes en estos días. Por el perdón sanan su alma. Él que perdona ya no tiene más obstáculos. Miren donde aún les falta la reconciliación, donde todavía no ha sucedido. Pero no disculpen sus pecados con ello. Perdonen donde el perdón aún no ha sucedido y aléjense del pecado. El pecado solo puede ser perdonado por Dios mismo. Así que llévenlo a la confesión, y a través del Padre serán absueltos [del pecado]. Pero, por supuesto, en conjunto con el arrepentimiento y la penitencia, Mis amados hijos. Para ello, ya han recibido instrucciones detalladas en uno de Nuestros primeros mensajes públicos en este sitio web.
La oración, Mis queridos hijos, es la mejor arma y la mejor defensa. Así ustedes «vencen» al maligno y él pierde más y más poder. Al final de los días Yo, Jesús, decidiré la pelea final. Satanás será condenado y Mis seguidores irán junto conmigo a Mi Reino. El cielo bajará a la tierra. Esta frase ustedes entenderán cuando llegue el día de los días.
Mis queridos seguidores. Manténganse fuertes. Multiplíquense y recen. Todo el cielo está con ustedes. No dejamos a ninguno de Nuestros tan amados hijos. Dennos su SÍ y serán salvados.
Su Jesús Quien los ama.
Gracias, hija Mía, por venir a Mí. Te amo.