Mi hija. Mi querida hija. No estés triste. Todo estará bien. Te lo prometo.
Mi hija. Diles a Nuestros hijos que se conviertan, porque sólo así entrarán en la Nueva Gloria de Nuestro Señor, sólo así Jesús, Mi Santísimo Hijo, los llevará al Nuevo Paraíso y sólo así su alma se curará, sus corazones se volverán alegres y ustedes podrán vivir juntos en la paz eterna.
Mis hijos. Mi Hijo es el camino hacia el Nuevo Reino. ÉL, que es su Redentor, Hijo unigénito del Señor Todopoderoso, es el único camino hacia la Nueva Era, que se caracteriza por la paz y el amor y donde el mal ya no existe. No pongan en juego la oportunidad de esta gloriosa herencia por una para de chutes que les da el diablo, pues él no tiene ninguna intención buena, pero Mi Hijo los lleva a la eternidad del Señor.
Se sentirán plenos, sin deseos, pues tendrán todo lo que anhelan. Ningún deseo quedará abierto para ustedes, pues estarán en la presencia del Señor y no tendrán nada que temer. Despreocupados y cuidados, vivirán en el Nuevo Reino de Mi Hijo, pues Dios, Nuestro Padre, ha pensado en todo y sigue enviando a Sus Santos Ángeles para que los cuiden y estén con ustedes.
Mis hijos. Su vida será hermosa en el Nuevo Reino de Mi Hijo. Crean y confíen y permanezcan fieles a Mi Hijo, porque sólo ÉL los conducirá a este Nuevo Reino de Paz, pero el diablo les traerá condenación y tormento.
Los amo, Mis queridos hijos, y Me preocupo por cada uno de ustedes. Por lo tanto, despierten y corran hacia Jesús para que esta maravillosa herencia sea la suya. Amén.
Su Madre en el Cielo Quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación.
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«Aún no es demasiado tarde, hijos Míos. Así que confiesen su fe en Mí, su Jesús, porque los estoy esperando a cada uno de ustedes con los brazos abiertos para regalarles Mi Misericordia y Mi Amor que todo lo cura.
No tengan miedo, porque Mi amor por ustedes es mayor que cualquier pecado que hayan cometido.
Su Jesús Quien los ama.
Redentor de todos los hijos de Dios. Amén.»
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«Mi Santísimo Hijo los está esperando. Así que vengan a ÉL y vivan con ÉL. Entonces ustedes también serán salvados y se les regalará la entrada a Su Nuevo Reino. Que así sea.
Su Padre en el Cielo.
Dios, el Altísimo. Amén.»
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«El Señor ha hablado, así que sigan Su llamada. Yo, su Ángel del Señor, se lo digo. Amén. Su Ángel del Señor.»
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«Estoy preparado para luchar por cada uno de ustedes, sin importar que tan aberrado esté.
Lleven el arrepentimiento en sus corazones y vean la Luz del Señor.
Denle su SÍ a ÉL y luego llámame a Mí, su San Arcángel Miguel.
Yo vendré a liberarlos de las tinieblas más profundas, así que no tengan miedo, porque ¡cuando Le den su SÍ a Jesús, el diablo pierde el poder sobre ustedes!
Entréguense a ÉL. Pídanle. ¡Suplíquenle! Porque ÉL, que es el Hijo de Dios, no los dejará solos.
Recuerden Nuestras palabras:
Mi espada es más poderosa que Satanás, y Yo soy el que más teme. Por lo tanto, invóquenme a Mí para que luche por ustedes, y así será.
Pero sinceramente deben querer desprenderse de todos los caminos aberradas que están recorriendo o han recorrido, pues sólo quien con un corazón sincero quiere ponerse a salvo donde Jesús, Nosotros acudiremos en su ayuda.
Que así sea, Mis queridos hijos.
Estoy ahí para ustedes, no importa lo lejos que se hayan alejado del Señor, no importa lo cerca que estén de la bestia.
Quien es sincero y quiere convertirse, quien se arrepiente y confiesa su fe en Jesús, tiene el derecho de llamarme y confiar en Mi ayuda.
Los amo.
Su San Miguel Arcángel. Amén.»
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«Oh, Mi hija. ¡Las gracias del Cielo son tan grandes! El que se convierte será ayudado, no importa lo lejos que se haya alejado. Por favor, díselo a Nuestros hijos. Que no teman salir de los círculos de la bestia, pues San Miguel Arcángel, con su poderosa espada, está preparado para ellos. Amén.
Tu Madre en el Cielo.»