Bonaventura: «Buenos días, Mi hija. Qué bueno que llegaste otra vez. Descansa y déjate iluminar, porque la fiesta de Navidad llegará pronto, y habrá ojos grandes y brillantes de niños dondequiera que viva Nuestro Señor en el corazón de las personas.»
Mi hija. No aferren su felicidad en lo externo, porque estos no tienen valor ante Dios, Nuestro Señor. Solo el que es puro de corazón y alma resistirá el amor del Señor, pero al que ha acumulado y atesorado riquezas terrenales no se le dará este amor porque no puede soportarlo porque no se ha preparado para el [encuentro con el] Señor.
Mis hijos. Prepárense para Jesús porque EL vendrá, en la luz más brillante y rodeado de los ángeles del Señor. ÉL vendrá gigantescamente del Cielo y Sus rayos de misericordia se apoderarán y harán llorar a aquellos que creen sinceramente en ÉL y en el Padre, que confían en Ellos y que se han preparado para este gran día.
Pero aquellos que no se hayan preparado para ÉL serán cegados. Apenas sabrán soportar estos rayos de amor y muchos se darán la vuelta para huir, pero no sabrán adónde ir. Reconocerán lo que está pasando y muchos morirán de miedo. Otros se convertirán instantáneamente porque su alma reconoce al Señor. Los malvados se retirarán porque no podrán soportar la luz del Señor.
Mis hijos. Éste será un día maravilloso, un momento que muchos de Nuestros hijos fieles han esperado y han preparado con mucha «diligencia» por él, porque son fieles a Jesús y se han preparado y vivirán este día, el día de la decisión, con la mayor alegría. Pero muchos no se han preparado y han negado a Jesús tanto, tan profundamente in su interior que quedarán como atónitos y no podrán responder. El amor del Señor será demasiado para ellos y dejarán «la tierra».
Mis hijos, oren por estas almas ya que no están listas para entrar al Nuevo Reino del Señor. Éste no se abrirá hasta que se haya librado la batalla final. Tendrán que «aprender» a confiar en el Señor y expiar sus pecados. Ellos harán esto entonces en el purgatorio. Pero deben estar preparados, dar su SÍ al Señor, porque ésta es la única manera de entrar – después de la purificación completa – en la gloria del Señor.
Por eso, Mis hijos, prepárense ya durante su vida, porque quien tiene que ir al purgatorio, experimentará el sufrimiento de la purificación, y hará llorar su alma, porque el alma reconocerá lo que ha hecho mal, se arrepiente profundamente y sufre OTRA VEZ a través de todos los pecados cometidos y experimentados.
Hágase consciente de esto, Mis hijos. El purgatorio es la llama purificadora del Señor y permite a aquellos que no se portaron bien y que no expiaron durante su vida [terrenal] lavarse y así poder presentarse ante el Señor después de que se haya completado la purificación. Pero aquellos que hayan vivido bien y en armonía con la voluntad de Dios durante su vida, que se hayan arrepentido de sus pecados y se hayan preparado para el Señor, se salvarán del purgatorio, porque Jesús los llevará consigo al Reino Nuevo.
Mis hijos. Todo esto todavía les resulta difícil de entender. Déjelo trabajar en ustedes y pídanle al Espíritu Santo que lo descifre. Con ÉL entenderán un tanto más, y con ÉL aclararán sus dudas. Lo que no entienden, déjenlo sentar y NO empiecen a interpretar, ¡porque con eso están quebrantando la palabra del Señor!
Lean, escuchen, entiendan y dejen que lo dicho obre en su corazón, porque el Señor vive en ustedes, y quien viva con el corazón, escucha a su corazón y tome sus decisiones con el corazón, no se equivocará. Que así sea.
Los amo.
Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios. Amén.
Mi madre les anunció la palabra del Señor. Así que acéptenla y recíbanla en ustedes. Pidan al Espíritu Santo que los ilumine y oren por todos los que no se preparan, amén.
Su Jesús Quien los ama.»