355. ¡Tantos hijos siguen ciegamente al falso profeta! — 27.11.2013

Buenos días, Mi hija. Gracias por venir. Te amo. Escribe, Mi hija, escribe, porque el tiempo apremia cada vez más. Tantos hijos siguen ciegamente al falso profeta y muchos hijos se pierden cada vez más por ello, pues dan oídos al que viene del demonio, lo aclaman y no se dan cuenta de cómo están siendo acorralados y empujados a las trampas del demonio.

Mis hijos. Las enseñanzas de Mi Hijo son relevantes para todos los tiempos. No pueden ser cambiados, aunque es justamente eso lo que está ocurriendo en este momento. Estén advertidos, Mi amado rebaño de hijos, porque los que más les hablan desde «el alma» son los que más daño les hacen. Fingen, mienten, utilizan su descontento para conseguir sus objetivos, para llevar a cabo los planes del maligno y para sacar a Jesús, Mi Hijo, por completo de su vida.

Una vez que ellos muestren sus verdaderos rostros, será demasiado tarde para ustedes, ya que demasiado se habrán [entonces] «asomado a la ventana» contra el Señor, han permitido con indiferencia y aprobación demasiado pecado en sus vidas, y demasiado poco o nada se han vuelto al Cielo, observado los mandamientos del Señor y vivido humildemente y en el verdadero amor unos con otros.

Mis hijos. Un mundo lleno de mentiras e intrigas, de sexo y homosexualidad, de matrimonios entre personas del mismo sexo y de adopciones de niños por parte de aquellos cuya unión nunca podrá dar lugar a una nueva vida, de prostitución, de tráfico y abuso de niños, de aborto y de tantas otras cosas que ustedes aceptan como «normales», pero que no lo son. Todo esto se les ha traído el diablo, y nada de esto viene de Dios, Nuestro Señor y Padre.

Dios ha creado su mundo tan maravillosamente, pero no LE hacen caso, no se vuelven a ÉL y no viven con ÉL. Han abolido el «Hágase Su Voluntad» para ustedes y sus vidas, porque ustedes están viviendo sólo según su [propia] voluntad y no entienden que es precisamente esto lo que causa tanto sufrimiento y maldad y pecado en su oh tan hermoso mundo.

Despierten, Mis hijos, y vuelven a vivir con el Señor, porque es ÉL quien da la vida, es ÉL quien da el amor, es ÉL quien creó todo y es ÉL quien cuida de todos/de todo, sin embargo, se han apartado y se han opuesto a ÉL y no quieren Su cuidado.

El que no vive con el Padre no podrá entrar en el Nuevo Reino. El diablo lo mantendrá bajo su hechizo para siempre y luego, cuando la decisión esté tomada, le infligirá sufrimientos, penurias y tormentos.

Non crean nunca al maligno, porque no tiene ninguna vena buena en sí. A los que le siguen sumisamente tendrán un despertar feo, y no cosecharán nada de lo que les ha prometido. Aquellos, en cambio, que vivan con Mi Hijo serán elevados y la verdadera alegría, la felicidad, el amor y la tan esperada paz serán su cosecha.

Que así sea.

Los amo. ¡Den su SÍ a Mi Hijo! ¡Aún no es demasiado tarde para ello!

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

«Amén, les digo esto:

Quien sigue siendo terco,

quien no quiere cambiar,

quien no cree en Mí, quien no espera en Mí, perecerá.

Pero el que tiene amor en su corazón, vive conmigo, confía en Mí y vive su vida de acuerdo con Mis enseñanzas y los mandamientos de Mi Padre según lo mejor de su conciencia, a él lo llevaré conmigo a Mi Nuevo Reino y se le regalarán mil años de paz.

Así que vengan a Mí ahora, Mis amados hijos, y comiencen a volverse hacia Mí. Todos los que Me sigan honestamente experimentarán la entrada en la Nueva Gloria, pero los que siguen siendo tercos y duros tendrán un despertar feo.

Así que vengan a Mis Brazos Santos y vuélvanse a Mí con todos sus asuntos, entonces Yo cuidaré de ustedes y una gran alegría llegará a sus corazones.

Los amo, Mis hijos.

Su Jesús.

Salvador de todos los hijos de Dios. Amén.»

«Mi hija, el tiempo es ahora muy apremiante. Te amo. Tu Padre en el Cielo. Amén.»

«El Señor ha hablado. Amén.

Un ángel del Señor. Amén.»

354. ¡La paz milenaria comenzará ahora pronto! — 25.11.2013

Bonaventura mira con tristeza nuestra tierra:

Sí, hija Mía, los estoy mirando con tristeza, porque están destruyendo la creación del Señor, poniéndose en contra de ÉL y de Su Hijo y apartándose de la única Verdad, porque están tan enredados en las tinieblas del diablo, tan velados con velos de niebla y adictos al amor propio y a [cada vez] más chutes y a más sexo y a más de esto y de aquello, que ya no logran discernir la verdad, porque su corazón está oscurecido, tapado y velado y el diablo les ha montado un mundo ilusorio y no encuentran la salida, pues incluso en su corazón experimentan la «alegría» (chutes) del diablo y así nunca encuentran la única alegría verdadera del Señor, y si no se convierten pronto ahora, entonces irán al infierno con este mundo ilusorio, pues están tan atrapados en él que no se dan cuenta de lo que está ocurriendo a su alrededor y no reconocen la verdad del Señor.

Mis hijos. ¡Despierten! Libérense del mundo ilusorio del diablo y emprendan el camino hacia el Señor. Sólo ÉL es su salvación. ¡Sólo con ÉL alcanzarán el Nuevo Reino! Sólo ÉL, Jesucristo, los llevará al Padre, y sólo con ÉL serán hijos felices.

La paz milenaria comenzará ahora pronto, pero sólo la alcanzarán aquellos hijos que se hayan entregado a Jesús y LE hayan dado su SÍ a ÉL. Serán las almas fieles las que cosecharán las riquezas del Señor, pero los que se apartaron de ÉL tendrán que soportar sufrimiento y penurias y tormento, porque el diablo se revelará como lo que es, y maldecirá a todos los que no le dieron la victoria sobre Jesús, y hará sufrir y atormentar a todos los hijos, y este estado será insoportable para los hijos caídos.

Por lo tanto, devuélvanse mientras aún estén a tiempo, porque pronto ya vendrá Jesús y saldrá victorioso sobre el maligno y su ejército de horror. Entonces, hijos Míos, deben estar preparados, porque sólo aquellos que han dado su SÍ a Jesús, ÉL podrá llevar consigo a la Nueva Era de Paz, Su Nuevo Reino. Que así sea.

Conviértanse.

Su San Bonaventura. Amén.

Qué tormento hay en su tierra, pero valientemente los hijos fieles toman su cruz y siguen al Señor.

Vete ahora, te amo. Gracias. Amén.

353. ¡No permitan que el demonio los encubre con su velo de niebla! — 23.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias por escribir para Nosotros, tú, Mi hija, y a los que te ayudan.

Mi hija. El tiempo apremia. Pronto todo será diferente, sin embargo, Nuestros hijos no lo ven. Su vida aquí en la tierra pasará, sin embargo, ustedes están tan envueltos en su mundo ilusorio que no lo ven, que no quieren verlo.

Hijos, despierten, porque sus días en la tierra están contados. Ya hay tanto sufrimiento, tanto más se apoderará de su tierra, ¡pero ustedes no quieren admitir todo esto! Ustedes se cierran a la verdad, persisten en las apariencias y en la ilusión y se ponen así en gran peligro.

Mi Hijo sólo puede salvar a quien LE da a ÉL su SÍ, pero ustedes están tan metidos en lo exterior que no tienen tiempo, ni lugar, ni amor por ÉL.

¡Mis Hijos, éste no es el camino! ¡Están poniendo en riesgo su eternidad! ¿No saben que detrás de todo el brillo y el glamur sólo los acecha el diablo? ¿No saben que es el diablo quien los colma de pompa y glamur?

Mis hijos, ¡despierten! ¿Dónde está el amor en ustedes, en sus corazones? ¿Creen que con un poco de compasión pueden escapar del diablo? No, Mis hijos, deben confesarse a Jesús, porque de lo contrario el demonio exaltará su poder sobre ustedes y corren el gran peligro de que les robe su alma, llevándosela consigo en el día de los días en que Mi Hijo volverá a salvar a Sus hijos fieles.

Mis hijos. Confiésalo a ÉL, a su Salvador, entonces experimentarán una gran alegría. No permitan que el demonio los encubre con su velo de niebla, porque quien está cubierto con sus velos está atrapado en la ilusión, el mundo nebuloso y ilusorio de la bestia.

Pero como éste [mundo] les agrada tanto, están viviendo sin procurase de la verdad y así se obstruyen su entrada en la Nueva Gloria, el Nuevo Reino de Mi Hijo, que el Padre creó para cada uno de ustedes en el más profundo amor.

¡Así que devuélvanse antes de que sea demasiado tarde y rompan con el mundo ilusorio del diablo! Un SÍ a Jesús, y se les dará ayuda y asistencia, y se les quitarán las trampas del diablo.

Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

«Amén, les digo esto:

Quien viene a Mí,

quien se convierta a Mí,

quien me de su SÍ y

quien Me siga, le liberaré de los velos de niebla de la bestia y le quitaré todas las trampas, pero su amor por Mí debe ser sincero, porque sólo quien confíe en Mí, crea en Mí y viva conmigo experimentará esta gracia.

Por eso, vengan a Mí, a su Jesús, y juntos viviremos en el Nuevo Reino de la Paz.

Los amo, Mis hijos. Gracias por escuchar Nuestra Palabra y seguir la llamada de Mi Santa Madre.

Su Jesús. Salvador de todos los hijos de Dios. Amén.»

«Que así sea». Dios Padre.

352. ¡Acepten los regalos del Cielo! — 22.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Santa Madre del Cielo, estoy aquí para decirte a ti y a Nuestros hijos lo siguiente:

Cuando Mi Hijo venga y los lleve consigo, su alma debe ser pura. Debe haberse preparada y debe haber eliminado todo pecado. Así que vayan siempre a confesarse, Mis queridos hijos, porque sólo así obtendrán la indulgencia del pecado,ya que la misericordia de Mi Hijo los perdona en cada confesión.

Sin embargo, Mis queridos hijos, muestren su arrepentimiento, pues de nada sirve hacer una confesión de labios, pero no sentir remordimiento en el corazón. Así que arrepiéntanse de sus actos pecaminosos, palabras, acciones y quédense completamente con Dios y con Mi Hijo, porque ellos los preservan del pecado y los inundan con Su Amor Divino.

Mis hijos. ¡Acepten los regalos del Cielo! ¡Visiten sus Santas Misas! ¡Confiésense! Y sean buenos los unos con los otros. Quien tenga un corazón puro no tiene nada que temer, pero quien es impuro y lleno de pecado, sin arrepentimiento en su corazón y sólo preocupado por su propia ventaja, quien no ama al otro y le hace el mal conocerá el temor, pues cuando Mi Hijo venga a redimir a todos los hijos fieles, entonces el quien es malo y desobediente, vengativo y egoísta tendrá un duro despertar.

Así que vuelvan y den su SÍ a Jesús, porque ÉL les ayudará en todos sus viajes. ÉL estará con ustedes en cada etapa de su vida, y EL vendrá a redimirlos y a llevarlos consigo a Su Nuevo Reino que el Padre creó para cada uno de Sus hijos y donde finalmente compartirán sus vidas pacífica y amorosamente y perfectamente felices entre ustedes y con Jesús, su hermano y Salvador.

Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

351. !Dios Padre les ha advertido a través de todos Sus profetas! — 21.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Dile a Nuestros hijos que se preparen, porque pronto su mundo llegará a su fin, y entonces todos Nuestros hijos deberán haberse convertido, pues Mi Hijo vendrá a salvar a los que le dieron su SÍ a ÉL, que son fieles a ÉL y Lo aman.

Pero todos los demás caerán en manos del diablo, porque ése se los llevará y no los volverá a soltar. Experimentarán los tormentos del infierno y sufrirán durante mil años. Entonces, cuando la era de la paz haya terminado, Nuestros hijos serán puestos a prueba de nuevo. Pero eso es mucho tiempo para ustedes hasta entonces, y muchos ya habrán entrado en el Reino de los Cielos del Padre.

Pero los que no se conviertan ahora no alcanzarán el Reino de los Cielos. Dios Padre les ha advertido a través de todos Sus profetas, pero no han querido escuchar, por lo que ahora están condenados al infierno, a la eternidad en el tormento y el sufrimiento, del que nunca se puede escapar.

Así que estén advertidos, ustedes hijos incrédulos, porque si no se convierten, no se enfrentarán al Señor. EL que los ama tanto les da esta última oportunidad. Así que aprovéchenla y vuelvan a Él, y serán preservado de la abominación y el sufrimiento, y el Señor los recibirá con todo Su amor y misericordia.

Vuelvan, Mis hijos, vuelvan, ¡porque sólo así Mi Hijo podrá salvarlos y llevarlos con ÉL a su Nuevo Reino!

Con un profundo amor,

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y el Ángel del Señor. Amén.

350. ¡No permitan que el miedo se apodere de ustedes y que por eso cierren sus santuarios! — 21.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu madre en el Cielo, te amo mucho. Gracias por difundir Nuestra Palabra y gracias por ponerte a ti, a los tuyos y a tu vida al servicio de Mi Hijo.

Mi hijo. Mi fiel flor. El Cielo está muy entristecido por lo que está ocurriendo en todo el mundo, pero especialmente también donde tú estás, porque vemos como estás sufriendo y sentimos cuánto necesitas Nuestro lugar.

Mi hija. Mi sol. Oren que vuelva la paz y que puedan seguir visitando y entrando en sus Santos Lugares, porque el venir a Nosotros y estar con Nosotros es tan importante para Nuestros hijos.

Será tan difícil [la situación] cuando pronto les serán quitados sus Santas Misas, así que recojan, hijos Míos, y reunan todos sus Santos Objetos, porque así seguirán teniendo la posibilidad de venir a Nosotros, de estar con Nosotros y de celebrar sus Santas Misas según la enseñanza de Jesús.

No permitan que el miedo se apodere de ustedes y que por eso cierren sus santuarios. Esto es precisamente lo que el diablo quiere: intimidarlos tanto que ustedes mismos lleven a cabo «sus» planes, sin que él tenga que hacer nada más.

Así que estén advertidos y guarden sus Libros y Objetos Sagrados, porque todo les será quitado y las enseñanzas de Jesús serán reemplazadas por otras paganas y satánicas.

Mis hijos. Estén en guardia y protejan lo que tienen del Cielo. Los amo.

Su San Bonaventura. Amén.

349. ¡Los signos de los tiempos son claros! — 21.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. No te pierdas en lo exterior y quédate completamente con Nosotros. Yo, tu amada Madre del Cielo, quiero enseñarte e instruirte, porque en la Nueva Gloria creada por Dios, Nuestro Señor y Padre, muchas cosas serán muy diferentes que aquí en esta tierra.

Mis hijos. Su tierra es tan hermosa, pero ustedes no saben cómo mantener la paz. Sin paz en sus corazones la convivencia es difícil, incluso imposible, pues siempre tendrán algo de qué quejarse, siempre pecarán en sus pensamientos y demasiado a menudo también con sus palabras, pues aquel con quien viven en conjunto experimentará su insatisfacción y tendrá que PADECERLA.

Pero Dios, el Señor, en su providencia tan maravillosa también los ha dotado de Su amor, y así es el amor de la otra persona que puede soportar estas carencias, pues quien lleva el amor en su corazón puede y va a perdonar, pero deben alcanzar la paz interior para poder enfrentarse a todos sus prójimos en paz y vivir pacíficamente conjunto con ellos.

La paz del Señor que es eterna les será dada en el Nuevo Reino de Mi Hijo y su vida será así transformada de la manera más maravillosa. Será uno de los cambios más hermosos en comparación de su vida actual, porque donde reside la paz no habrá guerras ni contiendas, ni codicia ni envidia. El pecado no habrá allí, sin embargo, ustedes deben estar preparados para este maravilloso tiempo.

Mi Hijo vendrá a llevarlos a este maravilloso mundo, pero deben estar preparados para Su venida y darle a ÉL su SÍ. Quien no se une a ÉL, quien no vive con ÉL, quien se niega a darle su SÍ, no experimentará este glorioso tiempo de paz y su alma no encontrará la paz.

La paz del Señor les dará tantas cosas hermosas, pero de esto se lo relaté en otro momento. Quiero advertirlos de lo exterior y de las tentaciones, porque sólo quien permanezca con Nosotros Mi Hijo podrá salvar y llevar consigo.

Mis hijos. ¡Sumérjanse en Nosotros! Visiten sus lugares Santos, misas, confesionarios y oren. Oren mucho y oren con fervor y estén siempre preparados para Mi Hijo. El tiempo se acerca cada vez más y todo viene muy rápido ahora. ¿No lo ven?

El que tenga ojos, que mire, y el que tenga oídos, que oiga, porque los signos de los tiempos son claros y sólo el que se aleje de Nosotros los interpretará como lo que no son, los «descalificará» y los «disminuirá», sin embargo, Mis hijos, el que realmente mira y realmente escucha sabe dónde se encuentran y que los acontecimientos del final de los tiempos se los vienen encima a una velocidad vertiginosa.

Miren y escuchen, porque los que se hacen los ciegos y sordos tendrán un duro despertar. Los amo, Mis hijos, y siempre estaré con ustedes.

Su Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.

Gracias, Mi hija.

348. ¡Crean y confíen y permanezcan fuertes en estos tiempos difíciles! — 20.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Mi Hijo los cuida a ustedes. Puedes estar segura de esto. Aunque las cosas no avancen como desearas, Mi Hijo siempre estará a su lado y así también todos los Ayudantes Celestiales que ya tienen a su lado.

Mi hija. Los tiempos son difíciles, pero no se afligen. Dios Padre tiene un plan para cada uno de ustedes, también para ustedes como familia, así que vivan ahora en la confianza de que todo es como debe ser, porque para que el plan del Señor se pueda cumplir, la voluntad de cada individuo debe estar completamente a Su servicio, es decir, no son ustedes los que deciden, sino Dios Padre, y esto es muy difícil de entender para ustedes, muy difícil de aceptar para muchos de Nuestros hijos y muy difícil de adoptar en la confianza, pues la confianza falta en muchos de ustedes, y también su fe a veces se sostiene sobre una roca muy inestable.

Mis hijos. Confíen en Dios, su Padre, y en Jesús, su Hijo, el hermano de ustedes, ¡porque ellos saben lo que hacen! ¡Y ellos los aman, Mis tan amados hijos! Por lo tanto, confíen en ellos y entréguense completamente a ellos, porque elles los cuidan, ellos los consuelan, ellos los fortalecen, ellos los guían. Ellos hacen todo por ustedes para que su alma encuentre el camino a casa, porque los aman con todo Su Amor Divino.

Mis hijos. Crean y confíen y permanezcan fuertes en estos tiempos difíciles, porque Jesús está con ustedes y los guía a través de este tiempo final. Entonces ÉL los llevará a la Nueva Gloria maravillosa, Su Reino, donde a cada uno de ustedes será regalado paz y amor.

Los amo, Mi querido rebaño de niños, y no quiero ver ni un solo hijo perdido. Por eso, vengan todos a Nosotros y den su SÍ a Jesús, para que también su alma pueda vivir la eterna, tan maravillosa paz divina y su corazón pueda vivir el amor tan anhelado. Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén. (Jesús está con Ella y sonríe.)

Gracias, Mi hija. Buenas noches.

347. ¡Es una lucha por la supervivencia de los últimos tiempos! — 20.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. No desesperes, pues todo saldrá bien al final, pero debes entregarte aún más profundo al servicio a Nosotros y orientar tu vida enteramente hacia Nosotros.

Jesús: Mi hija. Sé que esto es muy difícil para ti, pero el momento se acerca. Mi Segunda Venida está más cerca de lo que piensan, así que pónganse todos completamente a Mi cuidado, porque Yo vendré a librarlos de las garras y tentaciones del maligno, y el que se haya entregado todo a Mí, el que confíe todo en Mí y el que extienda su vida todo a Mí, irá conmigo y le esperará un tiempo glorioso.

Mis hijos. Mis hijos tan amados por Mí. Los últimos días serán difíciles y muchos de ustedes lo están sintiendo ahora. Tú, Mi amada hija, como muchos otros estás como dividida en dos mundos. Por un lado vives el aquí y ahora de su mundo actual y luchas la batalla de la supervivencia de muchos afines, pero también de muchos otros hijos que no están en el camino hacia Mí, que no Me conocen, Me rechazan y no quieren saber nada de Mí.

Es una lucha por la supervivencia de los últimos tiempos, ya que el mal se ha extendido mucho y ensombrece e intenta suprimir lo que es BUENO. Muchos de ustedes están sufriendo por la lucha por la supervivencia provocada por el maligno, pero tengan la certeza de que pronto -muy pronto y más rápido de lo que piensan – también afectará «hasta el cuello» a los demás y muchos serán llevados por esta condición a la más profunda desesperación y a acciones mortales.

Mis hijos. Los que creen en Mí, confíen en Mí y comparten sus vidas conmigo, se librarán de esta desesperación, porque ustedes han encontrado el camino hacia Mí y nada los dejará hundir, porque Yo estoy con ustedes, guiándolos, fortaleciéndolos y cuidando de ustedes, si Me dejan [hacerlo].

Por lo tanto, Mis amados hijos, vengan completamente a Mí, a su Jesús, y Yo Me ocuparé de todos los asuntos de su vida. Dense cuenta de que cuando el miedo, la preocupación, la duda y el descontento se extienden dentro de ustedes, ¡el diablo se ha infiltrado en ustedes! No den cabida a estos sentimientos, porque los desviarán del camino hacia Mí. Por lo tanto, vengan a Mí inmediatamente, a su Jesús que tanto los ama, y entréguenme lo que hace que su corazón esté pesado y triste, porque quien da lugar al diablo tendrá pensamientos injustos, malos y destructivos, pero a quien viene a Mí lo llenaré de Mi amor y Mi paz.

Mis hijos. El otro mundo en el que viven, ustedes los que están plenamente conmigo, es el que será completamente suyo luego de los 3 días oscuros. El salto allí es maravilloso, sin embargo, ése es muy difícil para la mayoría de ustedes, porque unir estos mundos en uno solo es casi imposible para quien está atado a este mundo, a la vida terrenal aquí con ustedes.

Por eso, Mis hijos, ¡es tan importante pasar aún más tiempo conmigo! Cada Santa Misa les da fuerza, cada visita a Mí les da paz en sus corazones. Quien Me recibe en el Santo Sacramento de la Eucaristía será fortalecido e inundado de Mi amor.

Por lo tanto, Mis hijos, vengan a Mí, todos ustedes, reciban Mis Santos Sacramentos y pasen tiempo conmigo. Ante el Santísimo Sacramento pueden entregarse completamente a Mí y todo lo que les rodea perderá importancia, porque su alma sólo Me anhela a Mí, a su Jesús y el regreso a casa del Padre. No necesita [el alma] nada más para ser feliz, porque sabe de dónde viene y sabe lo que le espera con el Señor.

Mis hijos. Vivan sus vidas confiando en Mí y no den oportunidad a los susurros y ataques del diablo. Ofrezcan como sacrificio todo a Mí, su Jesús, y pasen tiempo conmigo. Tú también, Mi hija, que ahora aguantas mucho, ven a Mis brazos siempre cuando puedas. Deja lo exterior ser lo exterior y ven completamente a Mí, a tu Jesús, y los otros vendrán por sí solos.

No te distraigas y escúchame completamente, porque todo lo que te impongo es también para tu protección, Mi hija. Por lo tanto, concéntrate en tu trabajo y deja todo lo demás en pausa. Da los pasos terrenales que tengas que dar y sigue dando alegría a tus hijos. Eso es todo lo que tienes que hacer, porque de todo lo demás Me encargo Yo, tu Jesús Quien siempre te ama, Quien te eligió para esta obra a través de Mi Santa Madre María.

Mi hija. Ven completamente a Mis brazos y descansa allí. Confíame todo y pon tu vida enteramente a Mi servicio.

Los tiempos más duros están aún por venir, pero sepan que siempre los protegeré, Mis hijos fieles. Estaré con ustedes y actuaré por ustedes, pero deben entregarse a Mí para que Yo pueda obrar Mis milagros en ustedes, a su alrededor y con ustedes. Nada es imposible para Mí y la omnipotencia del Padre se les revelará a través de Mí, su Jesús, pero necesito su consentimiento, su entrega, su confianza para obrar estos milagros.

Mis hijos. Vengan todos a Mí, a su Jesús, a su Señor, porque los amo desde lo más profundo de Mi Corazón Redentor y los llevaré conmigo a Mi Nuevo Reino si confían plenamente en Mí. Los amo.

Su Jesús.

Salvador de todos los hijos de Dios.

(Dios Padre sonríe.) «Hija Mía. Mi tan amada hija. No te preocupes. El diablo está tratando de llegar a todos ustedes, pero no importa lo que haga, ustedes siempre están bajo Mi protección. Díselo también a ….. y tomen las medidas terrenales necesarias para protegerse del maligno. Los amo. Su Padre en el Cielo. Amén.»

«Hazlo saber todo, hija Mía. Saca sólo los nombres. Gracias. Te amo. Tu Madre en el Cielo. Amén».

346. ¡El amor todo lo puede! — 18.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. No estés triste. Tanta injusticia, tanto odio, envidia y sufrimiento que surge de ella, el sufrimiento causado por el egoísmo, el pensamiento egoísta y la sociedad del ego, el sufrimiento a causa de su apostasía que desborda su tierra y a ustedes mismos como un fuego ardiente e imparable, sólo puede detenerse si se vuelvan y encuentren el camino hacia Mi Hijo.

El amor en sus corazones es lo único que puede detener esta conflagración, este maremoto del mal, y cuantos más hijos este amor único, puesto en ustedes por Dios, Nuestro Padre, para que estén eternamente unidos a ÉL y puedan encontrar y tomar el camino hacia ÉL en todo momento, este amor conseguirá llevarlos de vuelta al Padre y poner fin a esta conflagración.

El amor todo lo puede si es el amor verdadero y puro del Señor, y sólo quien se profesa al Padre, da su SÍ a Jesús y usa su libre albedrío para el bien podrá disminuir y vencer el mal, porque [entonces] Mi Hijo está a su lado, le ayuda, le hace fuerte y le llena de ese amor divino que le da todo esto y lo guía de vuelta a los brazos del Señor, Nuestro Padre.

Mis hijos. Todavía se necesita mucho sufrimiento para convertir a las almas perdidas. La aceptación del sufrimiento y del sacrificio es, por lo tanto, muy importante para la conversión y la salvación de almas. Sólo un alma convertida consigue entrar en el Reino de los Cielos. Sólo quien dé su SÍ a Jesús será llevado a su Nuevo Reino.

Mi niña. Mi hija. Díselo a Nuestros hijos, porque son tantos que no lo saben. Son tantos que no creen. Son tantos que permanecen en la pena y el sufrimiento. Son tantos que se pierden en las tentaciones del diablo.

Mis hijos. ¡Despierten y conviértanse! Vuelvan a encontrar a Jesús, Mi Hijo que tanto los ama, porque ÉL les dará el Cielo en la tierra y con ÉL su alma será feliz. ¡ÉL es el camino hacia el Padre, de vuelta a casa a donde el Creador de todos ustedes!

¿A qué están esperando? Prepárense para este tiempo maravilloso, porque su alma experimentará la paz y será bendecida con las glorias del Señor.

Vengan, Mis hijos, vengan porque no hay nada más hermoso, nada trae más plenitud que una vida con Dios Padre y Nosotros, sus Ayudantes Celestiales. Digan SÍ a Mi Hijo y se les regalará una maravillosa transformación.

Que así sea. Los amo.

Su Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.

Confíen, Mis hijos, porque el que confía en Mi Hijo tendrá una vida plena. Amén.