335. ¡Oren por Mis hijos! — 06.11.2013

Muchos niños se están muriendo. Oren por ellos. Para todos los niños. Y especialmente para la vida no nacida.

Oren para que se suspendan las vacunaciones y no se expongan ni ustedes ni a sus hijos a las «nuevas vacunas».

Oren por claridad y orientación para sus hijos y todos sus hijos y para ustedes mismos para que el Espíritu Santo los ilumine con la decisión correcta.

Les doy las gracias. ¡Mis hijos deben vivir! Y ser felices. Amén

Su Santa Teresa del Niño de Jesús.

Gracias por escribir para Mi. Te amo.

334. ¡Las críticas, las quejas y las dudas no vienen de Dios! — 06.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu madre, te amo mucho. No te desesperes y ofrécelo todo como sacrificio al Padre, pues ÉL lo transformará en amor por la humanidad.

Mi hija. Como ya dijo San Bonaventura, mucho sufrimiento está «pasando» por su mundo de hoy. Quien ha abierto su corazón, quien mira a su alrededor y se fija bien, lo verá y lo sentirá. Aunque no le afecte a él mismo, lo percibirá en su entorno, en sus prójimos.

Mis hijos. Deben permanecer unidos y deben confiar. En nosotros, en Mí, en Mi Hijo, en Nuestro Padre del Cielo y en Su Espíritu Santo. Recurren a Nosotros y a sus santos. El cielo está abierto para ustedes y quien toque la puerta se le abrirá, a quien pida se le concederá la entrada (a la vida con Nosotros [incluso] ya aquí en la tierra) y a quien rece se le escuchará.

Mis hijos. Crean, porque su fe mueve tanto. Oren, porque su oración hace tanto bien. Confíen, porque quien confía y es obediente a Nosotros no se perderá. Nada malo le sucederá, pues el Señor mismo se ocupará de él. Mi Hijo lo consolará y lo llenará de amor, y el Espíritu Santo le dará entendimiento y claridad.

¡Mis hijos! ¡Conviértanse! ¡Vengan a Nosotros! A Jesús y al Padre y su vida será un tanto más rico. Pero no esperen bienes terrenales, sino confíen en lo que necesitan, porque se les será dado.

Mis hijos. El Padre es todopoderoso y en su omnipotencia cuida de cada uno de Sus hijos, pero sólo quien vive con ÉL, quien pone a sí mismo y su vida en Sus manos todopoderosas, también experimentará este cuidado.

Su libre albedrío es un regalo del Señor y nunca les será quitado. Por lo tanto, acuden a ÉL por amor y libertad, y las riquezas y las glorias del Señor ÉL pondrá también a sus pies.

¡Crean y confíen, y dejen de criticar! Les damos tanta ayuda, pero una y otra vez cuestionan, se quejan y tratan de interpretar ¡lo que no les corresponde hacer! Acepten Nuestra Palabra y oren al Espíritu Santo para que les dé claridad para el entendimiento. Háganlo con todo lo que no entiendan de inmediato y ¡dejen que el Cielo los ilumine!

Las críticas, las quejas y las dudas no vienen de Dios. ¡Son «sentimientos» atizados por el adversario que les impiden seguir Nuestra Palabra, Nuestro Llamado! Por lo tanto, oren por claridad y pureza y amor, para que el Espíritu Santo los pueda iluminar y llenar con la Verdad, ¡y entiendan con el corazón!

Los amo, Mis amados hijos, y espero con felicidad el día de gran alegría en el que Mi Hijo venga a ustedes desde el Cielo, ponga fin al maligno y los lleve a ustedes, Mis almas fieles, a Su Nuevo Reino.

Mis hijos. Mis hijos tan amados por Mí. Mi Corazón maternal late por ustedes, por cada uno de ustedes, y está unido con ustedes en el más profundo amor. Siéntanlo, Mis hijos, porque Yo soy su Madre en el Cielo, elegida por Dios, Nuestro Señor, y amo a cada uno de Mis hijos desde lo más profundo de Mi Sagrado Corazón.

Con afecto eterno.

Su Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.

333. ¡Comiencen por fin a creer en Nuestra Palabra en estos mensajes! — 05.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. No te desesperes. Tú eres Nuestra alma elegida para preparar los corazones de Nuestros hijos en todo el mundo, para Mi Hijo, para Su Segunda Venida, para la entrada en el Nuevo Reino.

Mis hijos. Quien no se prepare, quien no dé su SÍ a Jesús, quien se ponga por encima de Dios, el Señor y Creador, se perderá, porque su alma no está preparada, no para Jesús, tampoco para su Segunda Venida, tampoco para la entrada en el Nuevo Reino, ni tampoco para todas las glorias que el Padre tiene reservadas para cada uno de Sus hijos.

Mis hijos. ¡Encuentren el camino hacia Mi hijo! ¡Denle a ÉL, su Redentor, su SÍ y ¡comiencen por fin a creer en Nuestra Palabra en estos mensajes! Nosotros, todo el Cielo, estamos a su disposición. Sólo tienen que pedírnoslo y Nosotros vendremos. Crean, confíen y no duden. Todas las dudas vienen del adversario, pero la claridad les está dada por el Espíritu Santo. Oren a ÉL. ¡Pídanle a ÉL! Y sabrán lo que es verdadero y lo que es falso.

Mis hijos. Los amo. No interpreten Nuestra Palabra, porque no es su tarea. ¡Inhálenla! ¡Llévenlo a sus corazones! Oren y pidan por claridad y comprensión y dejen que actúe en ustedes, en sus corazones. El que decide con el corazón verá con claridad, pero el que desconecta el corazón y decide sólo con la mente, se equivocará. Su mente no es suficientemente grande para entender los misterios del Señor. Su corazón, sin embargo, los recibe, siente el amor en ellos [los misterios] y también comienza a amar.

Mis hijos. Escuchen en y a su corazón, entonces la Palabra del Señor se hará claramente reconocible para ustedes, el amor en Sus palabras se sentirá y el cambio en ustedes será visible.

Mis hijos. Todo lo que les damos en estos mensajes es sólo para su preparación y viene exclusivamente de Dios, Nuestro Padre y Señor, dado que es ÉL Quien Nos dio a Nosotros, Sus siervos celestiales, el encargo y es ÉL Quien, a través de Mí, Su sierva, su Madre en el Cielo, eligió a María de la Preparación Divina de los Corazones para este «trabajo».

Los amo, hijos Míos, y rezo por ustedes en el Trono del Señor, el Padre Todopoderoso. Gracias por responder a Mi llamada.

Con profundo amor y afecto,

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

«Amén, les digo esto:

Escuchen Nuestra Palabra en estos mensajes, porque es para su preparación para lo que está por venir.

Dejen de comparar, de juzgar y de buscar errores, porque es la Palabra del Señor la que les está siendo dada a través de Nosotros.

María de la Divina Misericordia es Nuestra profeta de los últimos tiempos.

María de la Preparación Divina de los Corazones les ayuda a prepararse, a encontrarme a Mí y a darme su SÍ.

No las comparen, porque esto no debe ser.

Comiencen a escuchar Nuestra Palabra y no den ninguna chance a las dudas. Estos sólo vienen del adversario, pero no de Mi Espíritu Santo que da claridad, pureza y amor.

Quien dude debe rezar, porque el Espíritu Santo aún no se le ha revelado.

Así que acepten Nuestros regalos que les tenemos guardados en Nuestros Mensajes y pónganse completamente en el camino hacia Nosotros.

El que esté verdaderamente con Nosotros conocerá la verdad y nada le dejará con duda.

¡Presten atención a Nuestra Palabra y dejen que los videntes sean videntes!

Los amo, Mis hijos, y volveré como les hemos dicho muchas veces y una y otra vez.

Aguanten un poco más y manténganse unidos.

Su Jesús Quien los ama.

Redentor de todos los hijos de Dios.»

«Mi Hijo ha hablado, así que presten atención a Su palabra.

Su Padre en el Cielo.

Creador de todos los hijos de Dios y Creador de todo ser.»

332. ¡Es el resultado de su tiempo presente! – 04.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Mantén un poco de paz en tu corazón y aguanta estos tiempos. Pronto se mejorarán las cosas para ustedes, esto te digo, Mi hija, porque así será.

Los tiempos son difíciles para muchos de Nuestros hijos y su aguante es duramente puesto a prueba. Esto no es una prueba de Dios que ÉL se los está imponiendo, sino que es el resultado de la apostasía, la sociedad del egoísmo y la «demonización» de su tiempo presente.

Si todos Nuestros hijos hubieran permanecido en el camino correcto, entonces su mundo sería hermoso hoy y no habría todo el sufrimiento y la miseria que rompen los corazones de tantos de Nuestros hijos y que pesan oscura y fuertemente sobre sus almas.

Mis hijos. Aún no es demasiado tarde. Confiésense ahora a Mi Hijo, su Redentor, y muchos de los males de su mundo se alejarán de ustedes.

Oren, Mis hijos, oren, porque su oración consigue tanto.

Los amo, Mis queridos hijos, e intercedo por cada uno de ustedes en el trono del Señor y especialmente por aquellos de ustedes que Me lo piden.

Los amo. Oren por los pecadores, así ayudarán a traer lo bueno a su mundo. Amén. Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

Todavía se necesita mucha expiación.

331. ¡Pongan su vida a Su servicio y oren para que ÉL los guíe y los sane! — 03.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias. Gracias por haber venido todos a Mí, su Madre de Lourdes que tanto los ama. Los amo, hijos Míos, a todos Mis hijos en todo el mundo los amo.

Mi hija. Escucho tus suplicas, porque te amo. Dale tiempo a todo. Nada ocurre de inmediato, sino que necesita de crecimiento. Sólo los milagros de Dios son todopoderosos, así que, hijos Míos, pongan su vida a Su servicio y oren para que ÉL los guíe y los sane.

Mi hija. Tu hijo será sanado. Cree firmemente. Así será. Santa Bernadette está contigo ahora. Con ella y con la Santa Marina tienes a tu lado dos fuertes intercesores a las que Dios, Nuestro Padre, ha dotado el don de la curación. Si ustedes, Mis amados hijos, las invocan con reverencia y respeto, entonces ellas pedirán por ustedes en el trono del Señor y ÉL hará Sus milagros.

Todo viene de Dios, del Señor del Cielo y de la Tierra, y Nosotros, sus Ayudantes Celestiales, estamos a Su servicio, ayudándole a ÉL a convertirlos a ustedes, a curarlos, a consolarlos, a cuidarlos… la lista es interminable. Sin embargo, mis tan amados hijos, es ÉL Quien regala esta curación A TRAVÉS de Nosotros.

Mis hijos. Deseo de corazón que entiendan Mis palabras y pongas en práctica Mi llamado de otros mensajes. Todo lo que Nosotros «podemos hacer» viene de Dios, Nuestro Señor, sin embargo, ustedes pueden invocarnos y se les concederá.

Mis hijos. Los amo. Desde lo más profundo de Mi corazón maternal que tanto los ama, los amo a cada uno de ustedes.

Mis hijos. Conviértanse y diríjanse a Nosotros con todas sus intenciones. Yo, su querida Madre en el Cielo, estoy siempre a su lado, así como sus santos y ángeles que están siempre a su servicio cuando se lo piden con amor, con alegría, esperanza y respeto en su corazón. Amén. Que así sea.

Los amo.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de Lourdes.

Mi hija. Divulga esto. Vete ahora. Velaré por su viaje a casa. Amén.

330. ¡Las curaciones suelen producirse en silencio! — 02.11.2013

Hijos Míos, venid a Mí, porque este es el lugar donde daré la curación a todos los que Me lo pidan.

Los amo,

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de Lourdes.

Mi hija. Las curaciones se producen sobre todo en silencio. Díselo a Nuestros hijos. Amén. Te lo agradezco.

329. ¡Los signos de los tiempos son tan claros y evidentes, sin embargo, la mayoría de Nuestros hijos todavía no reconoce nada! — 02.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias por venir. Mi hija. Los signos de los tiempos son tan claros y evidentes, sin embargo, la mayoría de Nuestros hijos aún no reconoce nada. No quieren creer [admitir] que el fin de este mundo tan familiar para ustedes está cerca, no quieren cambiar nada -nada en ellos mismos, nada en su forma de vida- y no creen en las profecías, en la Palabra del Señor, que les ha sido dada a través de Nosotros.

Mi hija. Diles a Nuestros hijos en todo el mundo, a los creyentes y no creyentes, que el tiempo está cerca, porque ustedes están viviendo en el fin de los tiempos y mucho mal aún está por venir. Entonces vendrá Mi Hijo, los librará y los salvará y alcanzarán el Nuevo Reino, siempre y cuando LE den su SÍ y se conviertan finalmente.

Mis hijos. A todos Nuestros hijos los amamos y todos los errores los perdonamos, pero deben arrepentirse y profesarse a Jesús. El que se sigue quedando en lo exterior, el que no abra su corazón, a él Mi Hijo no lo podrá llevarse. Se perderá al enemigo y su alma alcanzará el tormento eterno.

Así que despierten, y denle su SÍ a Mi Hijo, porque entonces las profecías se harán realidad para ustedes y Su Reino será el de ustedes, su hogar con la paz y el amor más profundo, en la dicha y sin sufrimientos ni penurias.

Los amo, hijos Míos. Sean siempre fieles a su Jesús.

Con el más profundo amor y afecto,

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de Lourdes.

328. ¡Reúnan todos los objetos sagrados; dénselos también a sus sacerdotes! — 01.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Sigue escribiendo para Nosotros. Lo que queremos decirte hoy es de suma importancia para todos Nuestros hijos creyentes y no creyentes en todo el mundo, porque lo que está a punto de suceder en su tierra es cruel e indigno de Dios, porque en todas las iglesias del mundo tratarán de hacer desaparecer a Mi Hijo, y sus Objetos Sagrados, estatuas y libros serán «enajenados» y «desfigurados», pero antes seguirán profanándome a Mí, su Santa Madre, de tal forma que no quede nada de Mi Santidad, pero nunca será así. No importa lo que me hagan a Mí, su Santa Madre, no conseguirán «deshonrarme».

Mis hijos. Todo lo que les quedará serán sacralidades «desfiguradas», es decir sobre lo poco que no les quitarán les pondrán cosas/símbolos paganos y satánicos, deshonrando y estropeando todo.

Mis hijos. Estén advertidos, porque este tiempo ya está comenzando. Reúnan, pues, todo lo que tengan de Sacralidades Sagrados y dénselos también a sus sacerdotes.

Mis hijos. Los amo tanto. Si pudieran sentir Mi amor, se conmoverían con lágrimas de felicidad y alegría.

Mis hijos. Conviértanse los que aún no se han profesado a Mi Hijo y vengan a Mí, a su Santa Madre de Lourdes. Los que no pueden venir a Mí, que se dirijan a Mi en oración.

Los amo, Mi querido rebaño de hijos y quiero estar siempre con ustedes. Amén.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de Lourdes.

«Amén, les digo:

Reúnan todos los Objetos Sagrados, los libros y las estatuas, porque pronto todo esto les será quitado, intercambiado, adulterado y desfigurado.

Los amo. Escuchen la Santa Palabra de Mi Madre, porque Le fue dada por el Padre. Amén. Que así sea.

Los amo mucho, hijos Míos, y los espero a todos con los brazos abiertos y con Mi amor que todo los atraviesa.

Su Jesús».

327. ¡La conversión es la única manera de entrar en el Nuevo Paraíso! — 31.10.2013

Mi hija. Mi querida hija. Te amo. Gracias por venir. Sí, curaré a tu hijo. Crea y confía.

Mi hija. Diles a Nuestros hijos que vengan a Mí, a su Madre del Cielo, porque tengo grandes gracias reservadas para todos Mis hijos. Diles esto de Mi parte, Mi pequeña tan amada, porque quiero regalar a todos Mis hijos estas gracias que Me ha dado Dios, Nuestro Padre, para ustedes.

Mi hija. Diles que se conviertan, porque la conversión y el profesarse a Mi Hijo es la única manera de entrar en el Nuevo Paraíso, Su Reino, creado para todos ustedes por su Padre que tanto los ama.

Mi hija. Vete ahora. Te espero aquí. Tus pequeños tienen frío y están cansados. Su viaje ha sido hermoso, pero también agotador. Vete ahora, hija Mía, en paz. Te amo. Te espero mañana. Amén.

Tu Madre en el Cielo.
Madre de Lourdes.

326. ¡No hay camino más hermoso que éste! — 31.10.2013

Mi hija. Mi querida hija. Ayer te dije que estaba siendo profanada y este estado de cosas continúa.

Mis hijos. Sigan rezando por Mí, su Santa Madre en el Cielo, porque amo a Mis hijos en todo el mundo, pero lloro lágrimas amargas por los que Me están haciendo esta atrocidad y busco consuelo en su amor, de ustedes que son devotos de Mi Hijo y de Mí, en sus oraciones y en su cercanía.

Los amo tanto, y no hay nada que anhelo tanto como la entrada de Mis hijos en el Reino recreado de Mi Hijo, pero todavía hay tantas almas por salvar, así que oren hijos Míos, oren para que estos hijos que cometen atrocidades también Me encuentren a Mí, a Mi Hijo, para que su «fin» no sea amargo y no se «ahoguen» en el pantano del sufrimiento, el abismo del infierno.

Mis hijos. Los amo a todos desde lo más profundo de Mi Sagrado Corazón de Madre, incluso a los que me profanan, los que Me perjudican a Mí y a ustedes, Mis almas fieles. Veo lo ennegrecida que tiene el diablo su alma, qué pena y qué miedo tan profundo hay en sus corazones. Todo esto lo «encubren» con crueldades que hacen a los demás, porque el diablo los ha contaminado, toma esta condición de su corazón, de su alma, para avivar el odio y convertir sus sentimientos dolientes en odio hacia los demás. De este modo, se sienten fuertes, se sienten «aprobados» y «eclipsan» sus verdaderos sentimientos.

Por eso, Mis hijos, vayan todos a la Santa Confesión tan a menudo como puedan, porque allí su alma recupera la paz que necesita. Se alivia, se libera y se purifica en cada confesión que hacen, y así el diablo no tiene ninguna posibilidad de transformar sus sentimientos dolorosos, sus cargas en maldad, sino que Jesús viene, les quita su carga, su opresión, su miedo, y se ocupa de ustedes, pero deben permitirlo.

Denle a ÉL su SÍ, y su vida cambiará positivamente de forma maravillosa, porque quien está con Jesús, vive con ÉL, nunca está solo y por tanto no tiene que llevar ninguna carga del mundo solo. Su corazón siempre recibirá el amor divino, lo transmitirá, incluso en los momentos más deprimentes sentirán la luz del Padre en ustedes.

Mis hijos. Levántense y pónganse en camino hacia Jesús. No hay camino más hermoso que éste, y no encontrarán una vida más plena que con las maravillas y las glorias del Señor.

Por lo tanto, ¡dense vuelta! ¡Vengan a Mi Hijo! ¡Y su vida será maravillosa!

Desde lo más profundo de Mi corazón de Madre y con todo Mi amor los abrazo. Mi protección

concedo a quienes Me la piden sinceramente.

Los amo.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

«Amén, les digo esto:

quien no se arrepienta pronto,

quien continúe aislándose de Mí, y

quien Me niega su SÍ, no podré ayudarlo, porque respeto su libre albedrío, aunque esté dirigido contra Mí, su Jesús que tanto lo ama.

Mis hijos. He sufrido por ustedes en la cruz y redimo todos sus pecados para que puedan entrar liberados en el Reino de los Cielos, pero al que se opone a Mí, no puedo ayudarle. El que Me rechaza se quedará solo y sin la esperanza de la eternidad en el Reino de los Cielos.

Por lo tanto, vengan a Mí y dejen que les ayude y con alegría entraremos en el Nuevo Paraíso, Mi Reino, que Dios, Nuestro Padre, ha recreado para todos Sus hijos.

Que así sea.

Los amo.

Su Jesús.»