Mi hija. Mi querida hija. No te desesperes. Tú eres Nuestra alma elegida para preparar los corazones de Nuestros hijos en todo el mundo, para Mi Hijo, para Su Segunda Venida, para la entrada en el Nuevo Reino.
Mis hijos. Quien no se prepare, quien no dé su SÍ a Jesús, quien se ponga por encima de Dios, el Señor y Creador, se perderá, porque su alma no está preparada, no para Jesús, tampoco para su Segunda Venida, tampoco para la entrada en el Nuevo Reino, ni tampoco para todas las glorias que el Padre tiene reservadas para cada uno de Sus hijos.
Mis hijos. ¡Encuentren el camino hacia Mi hijo! ¡Denle a ÉL, su Redentor, su SÍ y ¡comiencen por fin a creer en Nuestra Palabra en estos mensajes! Nosotros, todo el Cielo, estamos a su disposición. Sólo tienen que pedírnoslo y Nosotros vendremos. Crean, confíen y no duden. Todas las dudas vienen del adversario, pero la claridad les está dada por el Espíritu Santo. Oren a ÉL. ¡Pídanle a ÉL! Y sabrán lo que es verdadero y lo que es falso.
Mis hijos. Los amo. No interpreten Nuestra Palabra, porque no es su tarea. ¡Inhálenla! ¡Llévenlo a sus corazones! Oren y pidan por claridad y comprensión y dejen que actúe en ustedes, en sus corazones. El que decide con el corazón verá con claridad, pero el que desconecta el corazón y decide sólo con la mente, se equivocará. Su mente no es suficientemente grande para entender los misterios del Señor. Su corazón, sin embargo, los recibe, siente el amor en ellos [los misterios] y también comienza a amar.
Mis hijos. Escuchen en y a su corazón, entonces la Palabra del Señor se hará claramente reconocible para ustedes, el amor en Sus palabras se sentirá y el cambio en ustedes será visible.
Mis hijos. Todo lo que les damos en estos mensajes es sólo para su preparación y viene exclusivamente de Dios, Nuestro Padre y Señor, dado que es ÉL Quien Nos dio a Nosotros, Sus siervos celestiales, el encargo y es ÉL Quien, a través de Mí, Su sierva, su Madre en el Cielo, eligió a María de la Preparación Divina de los Corazones para este «trabajo».
Los amo, hijos Míos, y rezo por ustedes en el Trono del Señor, el Padre Todopoderoso. Gracias por responder a Mi llamada.
Con profundo amor y afecto,
Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios. Amén.
«Amén, les digo esto:
Escuchen Nuestra Palabra en estos mensajes, porque es para su preparación para lo que está por venir.
Dejen de comparar, de juzgar y de buscar errores, porque es la Palabra del Señor la que les está siendo dada a través de Nosotros.
María de la Divina Misericordia es Nuestra profeta de los últimos tiempos.
María de la Preparación Divina de los Corazones les ayuda a prepararse, a encontrarme a Mí y a darme su SÍ.
No las comparen, porque esto no debe ser.
Comiencen a escuchar Nuestra Palabra y no den ninguna chance a las dudas. Estos sólo vienen del adversario, pero no de Mi Espíritu Santo que da claridad, pureza y amor.
Quien dude debe rezar, porque el Espíritu Santo aún no se le ha revelado.
Así que acepten Nuestros regalos que les tenemos guardados en Nuestros Mensajes y pónganse completamente en el camino hacia Nosotros.
El que esté verdaderamente con Nosotros conocerá la verdad y nada le dejará con duda.
¡Presten atención a Nuestra Palabra y dejen que los videntes sean videntes!
Los amo, Mis hijos, y volveré como les hemos dicho muchas veces y una y otra vez.
Aguanten un poco más y manténganse unidos.
Su Jesús Quien los ama.
Redentor de todos los hijos de Dios.»
«Mi Hijo ha hablado, así que presten atención a Su palabra.
Su Padre en el Cielo.
Creador de todos los hijos de Dios y Creador de todo ser.»