234. Su mundo es malo, pero por su confianza en Nosotros están protegidos — 16.08.2013

«Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu San José, estoy aquí. Siempre estoy contigo, cuidando de tu marido también. Puedes estar seguro de que todo estará bien y no tienes por qué preocuparte nunca. San Dismas está entre ustedes. Esté tranquila y en paz. Ustedes están siendo protegidos y cuidados en todos los sentidos. *

«Confía, Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Santo Padre en el Cielo, vigilo a ti y a ustedes. Que así sea.”*

(*mensaje recibido durante el auge de la delincuencia organizada en la zona)

«Mi hija. Su mundo es malo, pero por su confianza en Nosotros están protegidos. Díselo a Nuestros hijos, porque los amamos mucho. Yo, su Santa Madre en el Cielo, los vigilo, pero ustedes deben querer esto. El que no reza a Nosotros, el que no habla con Nosotros, a él no se le concederá la protección celestial, porque no la ha pedido.»

«Deben decirnos que intervengamos, porque nunca actuamos contra su libre albedrío. Díselo a Nuestros hijos, Mi querida hija. Yo, su Santo Padre en el Cielo, espero ansiosamente que se dirijan a Mi todos Mis amados hijos, pero muchos no dirigen su palabra a Mí, ni tampoco a Mi Santo Hijo. Por favor, vengan a Nosotros, Mi tan amado rebaño de niños, y dennos su confianza. Su vida será mucho más rica, pero no esperen riqueza financiera. Ésta no les traerá la felicidad, la alegría ni tampoco satisfacción.

¡Mi riqueza, sin embargo, les permite vivir! ¡Les permite ser felices y llenos de alegría! Estarán rodeado de amor y vivirán en el amor. Un amor que los llena, que enriquece sus corazones y solaza a su alma. No conocen Mi riqueza, porque si la conocieran no querrían nada más.

Pregunten a los que han probado de él. Una y otra vez lo prueban y se sienten cada vez más satisfechos. Ellos viven su vida Conmigo, su Padre Celestial, y Yo les regalo Mis riquezas, riquezas que les dan la verdadera alegría, que los elevan y que los hacen felices y que los dejan vivir entre ustedes como hijos de Dios en plenitud.

Pregúntenles. Con alegría se lo contarán, pero pueden ver en ellos sin preguntarles nada que están en plenitud y llenos de alegría, incluso cuando están siendo golpeados por un gran sufrimiento. Porque ellos aceptan, ofrecen [sus dolores como] sacrificios y se declaran preparados para este sufrimiento y así ayudan a expiar para ustedes, las almas incrédulas y perdidas, para que también ustedes encuentren a Mí.

Conviértanse, Mis hijos, y grande será Mi alegría paternal.

Los amo tanto.

Su Padre en el Cielo.
Creador de todos los hijos de Dios y creador de todo el Ser.

«Mi hija. Divulga esto. Te amo. Tu Madre en el Cielo».

 

«Amén, les digo esto: 

Quien no se dirija a Nosotros, no le podremos ayudar.

Quien cierra su corazón para Nosotros, no lo podemos encontrar con amor, porque el está cerrado a Nosotros, encerrado y nada Yo puedo hacer si no Me busca, porque respeto su libre albedrío, y esperaré a el que se arrepienta y Me dé su SÍ.

Entonces vendré a llenar su corazón y estaré a su lado en TODOS los asuntos de su vida.

Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.
Salvador de todos los hijos de Dios.

Amén.»

233. ¡Vuelvan a abrir sus corazones! — 15.08.2013

Mi hija. Mi querida hija. ¡Que lindo que todos hayan venido a Mí / a Nosotros porque hoy es Mi día de festivo y la alegría en el Cielo es grande!

Mi Hijo y Su Santo Padre Me llevaron a Mí, su sierva, al Reino de los Cielos y extremadamente feliz y llena de alegría y una felicidad indescriptible, se Me permitió entrar en esta maravillosa gloria y vivir unida a Mi Hijo, a los Santos Ángeles y a otros Santos al lado de Dios Padre.

Desde entonces intercedo ante el trono de nuestro Padre, el Padre de todos Nosotros, y rezo por cada uno de ustedes porque Yo, la sierva de Dios, conozco sus necesidades, dificultades, preocupaciones, miedos, alegrías y sufrimientos. Estén seguros de que no pasa ni un día sin que se ore por todos ustedes, porque Mi corazón está lleno de amor y compasión por ustedes y anhelo que ustedes también puedan sentir este gran gozo, el amor íntimo y universal de Nuestro Padre Celestial y que puedan vivir con Nosotros en el Cielo.

Mis hijos. Es tan importante que se conviertan a Mi Hijo y que encuentren a través de ÉL a Nuestro Padre. El alma de ustedes anhela la unión con Dios, su Creador, aunque como terrícolas quizás no lo sientan. Las circunstancias externas de su mundo a menudo no permiten que este maravilloso amor de Nuestro Padre penetre su corazón, porque está cerrado por toda la maldad que existe en su mundo y la que ustedes enfrenten diariamente. Es un tipo de autoprotección para muchos de ustedes, pero de esta manera se están auto aislando de los divinos regalos y maravillas, porque su corazón está cerrado y donde no se abre el corazón, no se puede poner nada bueno adentro.

Por tanto, Mis hijos tan amados por Mí, ¡vuelvan a abrir sus corazones y levanten y prepárense para todos los maravillosos regalos que su Padre tiene guardados para ustedes! No se cierren a Su amor, a Su bondad y a Su maravilloso calor misericordioso, porque ÉL, que es omnipotente y que en su omnipotencia los creó a cada uno de ustedes, quiere darles su amor, tomarlos en Sus brazos paternales y conducirlos de vuelta a Su casa.

Para este propósito ÉL envió a Su Santo Hijo para que todos ustedes puedan caminar el camino de vuelta a casa, pero desafortunadamente ustedes usan su libre albedrío en contra de Él, y como Él, el Padre Todopoderoso, les ha dado este libre albedrío como un regalo, Él nunca lo infringirá.

Decídanse por su Padre, Dios Altísimo, y entren en Su maravillosa gloria que ÉL ha creado con el amor más grande por cada una de sus criaturas.

No se cierren a Aquel Quien los ama verdadera y honestamente, porque sólo con Él pueden ser felices, sólo a través de Él serán liberados del pecado, sólo ÉL les perdonará sus pasos en falso y los abrazará con el amor más grande, sólo Él les dará la Vida Eterna y los dejará vivir en perfecto amor, justicia y armonía en el Nuevo Reino, porque ÉL quiere que estén bien, que compartan su vida con Él y que estén llenos de alegría y felicidad.

Mis hijos. Estén seguros de que todos ustedes quienes Nos sirven a Nosotros serán recibidos en el Cielo con la mayor alegría. No se perderá ni un solo hijo, pero les pedimos que también sigan rezando y aceptando sufrimiento por Nuestros hijos perdidos.

Los amo. A cada uno de ustedes. Porque como Madre de Dios Soy la Madre de todos los hijos. Así es como Dios Padre lo ha querido y así debe ser.

Los amo, Mis hijos. Vengan todos a Nosotros. Unidos viviremos juntos en el Nuevo Reino de Mi Hijo y grande será la alegría entre Nosotros porque es el amor el que nos alimenta, el amor el que nos hace felices y la bondad y la gracia de Dios Padre, Nuestro Señor, el que nos de plenitud.

Que así sea.

Gracias por escucharme.

Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios.

232. Las atrocidades serán peores donde el anticristo y su falsa «religión» estén en casa —14.08.2013

Mi hija. Mi querida hija. El tiempo será hermoso en el Nuevo Reino de Mi Hijo, porque vivirán allí libre de pecado en perfecto amor, y ya no los oprimirán ninguna pelea, ninguna atrocidad, ningún sufrimiento, ninguna necesidad. Serán «libres», liberados del diablo, de la serpiente malvada que ha poseído a muchos de los habitantes de la tierra, y estarán felices, servirán a Dios, Nuestro Señor, con gran alegría, porque serán verdaderos hijos de Dios y el amor de su padre que lo abarca todo siempre estará con ustedes, notable para todos, relajante, gentil, calmante y estimulante y grande será su alegría y hermosa su existencia como verdaderos hijos de Dios.

Mis hijos. Aguanten un poco más. El tiempo apremia para la conversión de almas, porque muchos de ustedes todavía están perdidos. Lo que está sucediendo en el Medio Oriente es una producción del demonio, y desde allí celebrará su triunfo, pero estén seguros de que nunca será un triunfo real, porque pronto Mi Hijo vendrá del Cielo y los liberará de la miseria y de la esclavitud del maligno, y arrojará TODOS aquellos que han actuado irresponsablemente contra los hijos de Dios, incluyendo las cabezas del grupo del mal y sus líderes, al lago de fuego del cual no habrá escapatoria.

Las atrocidades están aumentando en todo el mundo, pero serán peores donde el anticristo y su falsa «religión» estén en casa. Hay muchas personas buenas que pertenecen a esta «religión», pero [esta religión] está siendo usada por los poseídos para «degollar», perseguir, torturar y cometer atentados contra los que no son creyentes en los ojos de ellos. Cada mentira es adecuada para ellos para aniquilar a otros que para ellos son impuros. Cualquier medio es apropiado para ellos para implementar sus atrocidades. Poseídos ​​por el demonio y guiados por los que son obsesionados por el poder asesinan en nombre de su religión y no ven que están siendo engañados por la misma bestia.

La mano de Dios Padre golpeará a estos «inhumanos» particularmente fuerte, porque se comportan peor que los animales salvajes y han cambiado su dignidad humana por la anomalía. Tal alma experimentará sufrimiento eterno, porque el demonio se ha apoderado de ella, y si no se den vuelta luego, recibirán más que el castigo justo por sus actos vergonzosos y despectivos contra la humanidad, porque el demonio mismo se “preocupará” de ellos y disfrutará de su agonía y dolor, sus gritos y miedos, sus dolores y sufrimientos.

Mi hija. Los tiempos de su tierra son malos y se volverán aún peores. La oración les ayudará a mantenerse fieles a Mi Hijo y a Dios Padre y los protegerá de las trampas del diablo.

Permanezcan leales a Nosotros y sean buenos el uno con el otro.

Los amo.

Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios.

«Qué cierto, qué cierto.

Quien no se convierta a Mi,

el que mata, miente y degolla,  

quien rinda homenaje a la bestia y haya jurado lealtad a la religión falsa perecerá miserablemente, y su eternidad será un infierno.

Pero quien se de vuelta y Me de su SÍ, lo salvaré y la belleza del Cielo también se le revelará.

¡Así que dense la vuelta mientras aún haya tiempo, y denme a Mí, su Redentor, su SÍ! Mi misericordia perdonará sus pecados, sin embargo, ustedes deben dar el primer paso, arrepentirse y hacer penitencia.

Los amo, Mis queridos hijos, y nada agrada tanto a Mi Corazón como verlos a todos unidos en Mi Reino.

Vengan, Mis hijos, vengan, porque el tiempo de los últimos días terrestres está comenzando, y pronto ya entraremos juntos en la Nueva Gloria de Mi Santo Padre.

Vengan, Mis hijos, vengan. Yo, su Jesús, los estoy esperando.

Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.

Redentor de todos los hijos de Dios.

Amén.

231. Los Santos están entre ustedes y pueden y quieren ayudarlos — 13.08.2013

Mi hija. Mi querida hija. Siéntate conmigo y escribe, Mi sol. Yo, tu San Bonaventura, estoy aquí contigo y me gustaría decirte a ti y a todos los hijos de la tierra lo siguiente:

Prepárense. Sean buenos y piadosos. Oren, Mis hijos, mucho e íntimamente. Visiten sus iglesias. Participen en sus Santas Misas y acudan a Nosotros, sus Santos Ayudantes, porque Nosotros estamos entre ustedes si Nos llaman, Nos piden apoyo y ayuda. ¡Acérense a Nosotros, porque estamos aquí para ayudarlos!

Mis hijos. Su Señor, el Señor en el Cielo, quien es el Padre de todos ustedes, Creador del cielo y de la tierra, así como de cada uno de ustedes, quiere que estén felices y salvos, por lo que envía a Sus Santos Ayudantes para que tengan ayuda, encuentren consuelo, encuentren apoyo y no estén solos. Con ellos están en Compañía Celestial y éste es un regalo maravilloso para ustedes. 

Confíen en ellos y vivan con ellos. ¡Verán y sentirán cuán maravillosamente se cambiará su vida! Llámenlos para todo lo que no pueden hacer por su propia cuenta y recurran a ellos también en momentos de felicidad. Los santos están entre ustedes y pueden y quieren ayudarlos, pero ustedes deben desearlo. Oren a ellos y llámenlos. Estarán allí para ustedes, intercederán por ustedes y les ayudarán en lo concreto.

Crean y confíen, porque así será.

Los amo. Cada uno de ustedes.

Su Jesús quien los ama y su San Bonaventura.

230. Visión del camino al Nuevo Reino — 12.08.2013

Mi hija. Mi querida hija. Alégrate, porque Yo, tu Santa Madre en el Cielo, estoy aquí para darte a ti y a tu familia un momento maravilloso, porque grande fue el sufrimiento que aceptaron, grande y mucha la penitencia que hicieron. Estos días ya están pasando, te lo prometo, Mi hija, para que se tranquilicen y se fortalezcan hasta que los llamemos la próxima vez.

Mi hija. ¡Acepta a todos los sacrificios! Todo sufrimiento ayuda a salvar almas que, de lo contrario, se habrían perdido. Es una tarea difícil para ustedes, pero Nosotros los ayudamos a llevarla. Pueden estar seguros de que todo su sufrimiento valga la pena.

Visión que se me muestra: Jesús brilla y sonríe amorosa y maravillosamente. EL me muestra el camino hacia el Nuevo Reino. Tal luz, tal amor, tal alegría, tal ligereza. No tengo palabras. Solo veo la puerta y un poco más allá, pero eso es muy «nebuloso», poco claro, borroso. Jesús nos lleva a todos con ÉL, a todos nosotros quienes Le dimos nuestro Sí y aquellos por quienes hemos sufrido. Estas almas son de alguna manera inseguras, confusas, asombradas, pero están siendo llevadas y Jesús está allí para observar y guiarnos a cada uno de nosotros. No veo que estamos llevando algo, pero todo está ahí. Fin de la visión.

Dile eso a Nuestros hijos. Todo lo que necesitan está disponible y sí, su sufrimiento será recompensado porque salva a los incrédulos y también a las almas perdidas. Sigan orando, Mis tan amados hijos, porque el fin está cerca y el tiempo es corto para el arrepentimiento. Los amo.

Su Madre en el Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios, con Jesús, Dios Padre, los Santos y los Santos Ángeles.

Todos los esperamos con gran amor y gran alegría. Amén.

Gracias, Mi hija. Ahora vete.

229. ¡No se arroguen juzgar a otros, porque eso es un pecado! — 11.08.2013

Mi hija. Mi querida hija. Siéntate. Te amo. Nunca debes preocuparte por lo que dicen los demás, porque estas personas no saben nada de ti, de tu tarea y de lo que tienes que soportar. Trata siempre de permanecer en el amor y no tomes a pecho las palabras feas. Solo las almas pobres juzgan de esa manera, solo las personas malas hablan mal de los demás, difunden mentiras y se sienten fuertes en presencia de otros para humillarte. Perdónalos. No saben cuánto te lastiman porque no ven quién eres, un alma excelente, elegida por Nosotros y afligida con mucho sufrimiento y expiación para salvar a los demás. No te preocupes por sus palabras y trata siempre de permanecer en el amor.

Siempre habrá personas que piensan que tienen que hacer el mal a los demás, por la razón que sea. La hipocresía es un pecado, ¡recuerden eso! Hablar mal de los demás también es un pecado, ¡recuerden eso también! ¡Sean buenos el uno con el otro y no se ataquen mutuamente! ¡Siempre traten de entender, encuéntrense con amor y no juzguen! ¡Esto solo está permitido a Dios Padre, porque solo ÉL puede saber quiénes en realidad son, cómo en realidad son y qué hacen, en qué circunstancias viven, qué logran y cómo expían! ¡Así que no se arroguen juzgar a otros, porque eso también es un pecado!

Mi hija. Tienes que protegerte. Para evitar nuevos ataques contra ti, debes mantener tu identidad y no revelarla a nadie. La habladuría no te hace bien, tu alma es demasiado sensible y tierna para poder sobrevivir esto de manera ilesa. Tu eres inestable [emocionalmente], necesitas descansar y no te debes distraer por tales circunstancias externas.

Mi hija. ¡Te amo! ¡Todo el cielo está contigo! Necesitamos que te concentres en Nosotros y no queremos distracciones terrenales que te «atrasan». Siempre mira hacia adelante y continúa enfocando tu vida completamente en Nosotros. Ese es el camino que Dios Padre pretendía para ti. ¡Este es tu camino, la vida con Nosotros! ¡Alégrate, porque también Nosotros Nos alegramos mucho!

Da a conocer esto, Mi hija, y diles a Nuestros hijos que nunca deben hablar mal de los demás. No deben juzgar, sino estar en el amor, y deben entregar todo a Dios Padre. Diles eso, Mi hija.

¡Te amo!

Tu Padre Celestial con Jesús y tu Madre en el Cielo quien te ama. Madre de todos los hijos de Dios.

Vete ahora, Mi hija.

228. ¡Escuchen Nuestra palabra! ¡Es sagrado y Nuestros mensajes dan vida! — 10.08.2013

Mi hija. Mi querida hija. Por fin llegaste. Escribe, Mi hija. Yo, Tu Santísimo Padre Celestial, he venido a decirles a Nuestros hijos través de ti, Mi alma elegida, esto:

Prepárense, Mis hijos tan amados por Mí, para que Mi Santo Hijo Jesucristo pueda llevarlos al Nuevo Reino y Paraíso creado por Mí, su Creador todopoderoso, y aléjense de todo mal, renuncien al maligno y vuelvan a ser hijos de Dios puros, porque solo así estarán preparados para la segunda venida de Mi Hijo, solo así podrán sobrevivir los días oscuros venideros de su tierra sin daño en el cuerpo y el alma, solo así la protección del Cielo se extenderá a ustedes, Nuestro amor los abrazará y Mi Espíritu Santo los inundará con la única verdad.

Estarán a salvos de las últimas tentaciones del diablo por contaminar y robar su alma a través de su falso profeta en la Santa Sede de Mi Hijo y su Anticristo, y serán salvados por Mi Santo Hijo porque es Él quien es bueno con ustedes, es Él quien soporta sacrificios por ustedes, es Él quien los ama por encima de todas las cosas y es Él quien acepta sufrimientos por ustedes hasta el final de sus días terrenales.

¡Crean en Nosotros! ¡Confíen en Nosotros! ¡Escuchen Nuestra palabra! ¡Es sagrado y Nuestros mensajes dan vida, porque serán despertados, reconocerán y se les dará la Vida Eterna siempre y cuando confíen en Nosotros y sigan Nuestra palabra!

¡No se rindan a las lujuriosas tentaciones del diablo, sino que comiencen a enriquecer su mente [espíritu]! Recojan sus tesoros para la eternidad y dejen de acumular riquezas terrenales. ¡No los harán felices, y su alma se perderá en las trampas del maligno!

¡Despierten! ¡Dense vuelta! ¡Y vengan todos en Mis amorosos brazos paternales! ¡Los anhelo tanto, que regresen a casa, a Mí, su Creador, su Padre, ¡y no quiero perder ni uno de Mis amados hijos!

¡Así que no se pierdan continuando de perseguir placeres terrenales y corriendo a Nosotros y a la eternidad a un lado! El fin está más cerca de lo que creen y quien no se prepara Mi Hijo no podrá salvar.

Los amo desde las profundidades de Mi Santísimo Corazón.

Su Padre Celestial.

Creador de todos los hijos de Dios.

 

«Amén, les digo esto:

Quien no escucha a Mi padre,

quien Me niega a Mí, Me rechaza y Me corre,

quien no abre su corazón a la eternidad y no prepara su alma,

quien continúa pensando solo en su placer, lo persigue y atesora tesoros terrenales,

él no verá la luz, 

él no escuchará Nuestra llamada, 

él no Me seguirá a Mí, su Jesús, y por lo tanto perderá la vida en Mi Nuevo Reino.

Así que vengan, Mis amados hijos, ¡y despierten! ¡Den el primer paso fuera de la materia!

¡Vayan a sus lugares sagrados! ¡Vayan a donde Nos puedan sentir, estar cerca de Nosotros y estar solo con Nosotros! ¡Entonces verán la luz, escuchar Nuestro llamado y poder seguirme a Mí, su Jesús!

¡Denme su SÍ! ¡Solo díganlo! ¡Repítanlo! ¡Tan a menudo, hasta que lo digan una y otra vez, y se produzca una alegría en su corazón! ¡Una alegría que solo crece al decirme su SÍ a Mí!

Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.
Redentor de todos los hijos de Dios.»

«Gracias, Mi hija.» (La Madre de Dios sonríe).

227. ¡Nunca se dejen cegar por los supuestos milagros de aquellos que son los hipócritas de su tiempo de hoy! — 08.08.2013

Mi hija. El tiempo en el Nuevo Reino de Mi Hijo será bonito para ustedes, porque serán liberados del pecado y no experimentarán sufrimiento ni en cuerpo, alma o espíritu, porque vivirán como verdaderos hijos de Dios en unión con Nosotros y con los demás y las glorias de Nuestro Señor Padre les serán revelados.

Mis amados hijos. Aguántese un poco más y vivan juntos en amor y alegría. El diablo trata de provocarlos todos los días, para que comiencen discusiones y les susurra cosas malvados. ¡No lo escuchen! ¡No se preocupen por las cosas malvadas que se lo están arrojando! Él, el más malo de los malos, provoca a TODOS los hijos de Dios, y no todos ustedes son lo suficientemente fuertes como para soportar estas provocaciones. Sin embargo, ¡traten de hacerlo y enfrenten a aquellos que no están en el amor con amor! Verán que muchas personas luego se volverán «más suaves» porque sienten este amor y sienten que ustedes quieren lo bueno. Volverán a sus sentidos, y la maldad que el diablo ha puesto en ellos se disolverá.

¡Así que sean buenos los unos con los otros y no se dejen provocar! Siempre enfrenten a su prójimo con amor y no dejen que el diablo siembre resentimiento y ponga cuñas entre Nuestros amados hijos – ¡estos son ustedes! ¡TODOS ustedes son hermanos y hermanas frente del Señor, porque todos ustedes vienen de ÉL, del único Padre, ÉL que es Creador de todos los hijos de Dios -es decir ustedes- y de todos ser!

Estén seguros de que haya comenzado el fin de los tiempos y que, por lo tanto, el diablo se enfurece donde pueda. No se preocupen de aquello, porque ya pronto será derrotado, porque Jesucristo, el Redentor de todos ustedes, será enviado a ustedes. Aparecerá alto en el cielo y peleará y ganará la pelea final por el bien. El mal será condenado para siempre y Mis hijos -TODOS ustedes- serán liberados de todo mal para siempre. Vivirán con amor en el Nuevo Reino de Mi Hijo y grande será la alegría que todos compartiremos.

Los amo, Mi amado rebaño de niños, y oro por ustedes en el trono del Señor. ¡Que el tiempo de su último sufrimiento pase rápidamente y que mantengan el coraje y lealtad a su Padre Celestial!

Nunca se dejen cegar por los supuestos milagros de aquellos que son los hipócritas de su tiempo de hoy, porque solo quieren confundirlos aún más. Tan pronto como muestren sus rostros verdaderos, será demasiado tarde para que muchos de ustedes encuentren el camino correcto y a Mi Hijo, porque estarán tan confundidos entonces que no podrán ver la luz, porque ciegamente han seguido el primer advenedizo y no escucharon Nuestra Palabra.

¡Despierten! ¡Conviértanse y denle a Jesús su SÍ! Entonces podrán resistir la confusión que está rodando sobre su tierra cada vez más y podrán regresar decididamente a casa.

Escuchen a Nuestra Palabra en estos mensajes y recen las oraciones que les hemos dado aquí. ¡Todo estará bien para aquellos de ustedes que confían en Nosotros!

Que así sea.

Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios.

(Jesús asiente y sonríe.)

226. Su penitencia es necesaria — 08.08.2013

Mi hija. Siéntate conmigo y escribe. Tu hijo será sanado. No te preocupes. También necesitamos su sufrimiento para salvar almas. Te amo. Ahora ve con él. Volveremos más tarde. Tu Madre en el Cielo quien te ama.

Mi hija. La penitencia de ustedes es necesaria. De esta forma, muchas almas más aún pueden salvarse. Diles esto a todos Nuestros amados hijos y pídeles que aguanten. Serán redimidos y llevados a la Nueva Era de la Paz, y su cuerpo, mente y alma ya no experimentarán más sufrimiento, porque lo que Nuestro Padre, el Padre de todos Nosotros, tiene preparado para ustedes es creado con puro amor, y es el amor mismo que los abrazará y los inundará allí. Todas sus heridas se sanarán y su corazón exultará. Su alma se vuelve «viva», llena de alegría y felicidad, porque ya no tendrá sombras, ni cargas, y nada la presionará ni la lastimará.

Es la gloria de Dios Padre, que se les dará a todos ustedes y su alegría será grande, y ya no los oprimirán ningún sufrimiento, ninguna necesidad, ningún temor y ninguna duda, porque el amor de Dios Padre es omnipotente y en su omnipotencia fluirá y brillará a través de ustedes, y todos vivirán juntos felices y contentos para siempre.

Mis hijos, aguanten, porque pronto ya llegará el día de mudarse a esta gloria maravillosa. Ofrezcan todos sus sufrimientos y siempre pidan ayuda a Dios Padre. Si luego LE hablan a Jesús y LE entregan sus dolores a ÉL, su carga se hará más ligera porque el amor de Mi Hijo los abrazará. De esta manera no llevan su carga solos, porque lo que LE confían a Mi Hijo, lo que ofrezcan a su Padre Celestial, les será tomado, porque Mi Hijo cargará una parte de su carga.

Recuerden siempre que salvan a muchas almas cuando sufran (expían) por Mi Hijo. No lo olviden, porque al ofrecer su sufrimiento su carga se hará más fácil.

Los amo y estoy con ustedes, Mi hija.

Esté/n preparada/os en todo momento.

Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios.

225. Tiempos difíciles los esperan, ¡pero nunca deben desmoralizarse! — 07.08.2013

Mi hija. Siéntate. Tiempos difíciles los esperan, pero nunca deben desmoralizarse. Todo será bueno para aquellos que creen en Nosotros, pero a aquellos que no Nos conocen, Nos rechazan, Nos desprecian, el anticristo los atacará y sus almas están en peligro de perderse.

¡Oren, hijos Míos, por todos aquellos que no vienen a Nosotros, para que sus almas no fueren robadas, sus corazones comidos y sus mentes confundidas! Oren, Mis fieles seguidores de Jesús, porque solo así pueden salvarlos del abismo de la condenación eterna y darles esperanza para una vida después con Mi hijo.

¡Digan a todos Nuestros hijos que se conviertan, ya que los ataques del diablo serán cada vez más y su destreza engañará a muchas almas inocentes para luego destruirlas! No dejen que eso suceda, mis amados hijos, porque estas almas sufrirán miserablemente. Gran angustia y pena los atormentarán eternamente, y el diablo se reirá de ellos.

¡Conviértanse, hijos Míos! ¡Oren por aquellos que aún no se han convertido a Mi hijo, porque solo entonces también ellos tendrán una oportunidad de alcanzar la eternidad en el Reino de Dios Padre, solo entonces podrán entrar en la Nueva Gloria, que está cerca!

Nunca se dejen vencer y oren, oren, oren. La oración No 26 los salvará de lo peor porque les da claridad y la verdad. Oren también por sus hermanos y hermanas para que también sus almas puedan ser salvadas:

Oración No 27: Oración por el Espíritu Santo

Oh, Señor mío, Padre bondadoso, en Tu misericordia dales a lo que no ven la verdad, la gracia de saber.

Dales a los que no oyen la verdad, la gracia de entender.

Dales a los que siguen ciegamente el maligno la gracia de encontrarte.

Envíales ahora Tu Espíritu Santo y dales la gracia de la verdad y de la conversión.

Te doy las gracias, querido Padre.

Amén.

 

Mi hija. Rezar esta oración salvará a millones de almas. El Espíritu Santo del Señor será enviado para convertir a los incrédulos, a los perdidos y a los que son manejados por fuerzas ajenas. Él les mostrará la luz de Dios, y sus corazones sabrán. Él les mostrará la verdad, y ellos se despertarán y se dirigirán al camino hacia Dios Padre. ¡NO estarán perdidos! Esta oración es una gran gracia, dada por Dios nuestro Señor. Que así sea.

Mi hija. También esta oración debería rezarse diariamente si es posible. ¡Te amo y a todos Mis tan amados hijos!

Tu/Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios.

«Hija niña, mi hija. La oración No 26 es para su propia protección. Órenla diariamente para que no caigan en las mentiras del anticristo y del falso profeta.

La oración No 27 hace maravillas. Los que ya estaban perdidos serán convertidos y en millones. Oren, oren, oren por estas almas «perdidas». Así también ellos me encontrarán a mí, su Padre, y no se perderán. Es una oración milagrosa. ¡Úsenla!

Por favor, continúen orando por las pobres almas del purgatorio la Oración No 9 del Libro 1.

Les doy las gracias desde lo más profundo de Mi Corazón de Padre y espero con ansias el día en que entren, guiado por Mi Santo hijo Jesús, al Nuevo Paraíso, que he creado para ustedes con el amor más grande.

Aguanten. El tiempo oscuro no durará demasiado. Yo intervendré y Mi hijo vendrá.

Los amo, a cada uno de ustedes.

Su Padre en el Cielo Quien los ama.

Dios el Altísimo.

Creador de todo ser.

Amén. »

«Amén, les digo esto:

El que no ve la luz, permanecerá en tinieblas.

Él que no me acepta, permanecerá en tinieblas.

El que no viene a Nosotros, a Mi Padre y a Mí, permanecerá en tinieblas. Su eternidad será la condenación, y la pena y el sufrimiento su recompensa.

¡Por lo tanto, despierten y denme su SÍ! Así también su alma será salvada y llevada gloriosamente al Nuevo Paraíso.

Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.

Redentor de todos los hijos de Dios.»